*Entre luces y vestidos de novia, Lasso conquistó al Teatro Diana con la magia melódica de su Malcriado Tour dejó una estampa inolvidable gracias a la conexión del artista con su público, un setlist cuidadosamente seleccionado y una serie de momentos que desbordaron emoción, humor y nostalgia
El Teatro Diana fue testigo de una noche cargada de emociones intensas y desbordante energía con la presentación del cantautor venezolano Lasso, quien llegó a Guadalajara como parte de su Malcriado Tour, una cita esperada por cientos de fans.
Desde tempranas horas de la tarde de el sábado 16 de agosto, las inmediaciones del teatro se vieron invadidas por una congregación de fans, algunos con carteles, otros portando camisetas oficiales y muchos más luciendo un peculiar elemento que ya se ha vuelto tradición en los conciertos del artista: vestidos de novia. Esta simbólica elección, que remite directamente al universo lírico de Lasso y particularmente al dramatismo de temas como “Odio que no te odio”, llenó de color y significado el ambiente previo al concierto, convirtiendo los pasillos del recinto en una pasarela de fanáticas que mezclaban humor, melancolía y euforia.
Pasadas las 20:30 horas, las penumbra del foro fue perturbada por el estallido de un grito colectivo. Lasso apareció en escena en lo alto del escenario, brillando bajo un juego de luces azules que marcó el inicio de la velada con el tema “Dios”, abriendo paso a un repertorio que navegó entre sus nuevas composiciones y los grandes éxitos que lo han consolidado como una de las voces más representativas del pop en español actual. Durante el show, interpretó canciones como “Plástico”, “Los hombres son todos iguales”, “Un millón como tú”, “Hasta ese día”, “Ojos marrones”, “Souvenir”, “Algodón”, “Odio que no te odio” y “No pares de bailar”, entre otras, acompañado por la euforia generalizada de un público que no dejó de cantar.
El cantautor venezolano demostró en todo momento más allá de talento vocal y musical, su incesante carisma escénico. Entre canciones, se tomó el tiempo para interactuar con el público, agradecer la entrega de sus fans mexicanos y hacer comentarios entre sarcásticos y tiernos que provocaron risas y gritos. En un momento, al ver a varias chicas vestidas de novia, exclamó con humor: “Esto ya parece una convención de corazones rotos, y me encanta”, arrancando una ovación entre las asistentes.
Uno de los puntos más altos fue, sin duda, la interpretación de “Ojos marrones”, que convirtió al Teatro Diana en un mar de luces de celulares, con el público cantando a todo pulmón mientras Lasso se limitaba a acompañar con la guitarra visiblemente emocionado.
Cerca de una hora y media después, el concierto cerró con “No pares de bailar”, dejando al público de pie, bailando, cantando y agradeciendo al artista por una noche que combinó desahogo emocional y celebración. Al despedirse, el cantante prometió regresar pronto a Guadalajara, ciudad que, según sus propias palabras, siempre le regala algunas de las noches más especiales de su carrera.
Texto: Karen de Alba González Fotos: Alejandro Guerrero