En un foro que no se mostraba abarrotado, el teatro Estudio Cavaret recibió a la performancera Alice Glass y a uno de los productores canadienses de más prestigio, Ethan Kanth, que juntos con su equipo de ingenieros de audio y el talentoso baterista que los acompaña forman: Crystal Castles.
Entre luces estridentes, que de pronto pintaban al Estudio Cavaret de colores arcoíris, de rojos y azules ácidos, sobre el escenario la presencia de C.C. se hacía notar entre un Korg, moduladores de voz, secuenciadores y una batería que incluso el bombo contenía efectos de drum tigre que hacían retumbar los pies de los presentes.
Después de haber cancelado su presentación de abril en México y luciendo un par de muletas (que seguro la jornada de presentaciones le provocó alguna lesión), Alice Glass moduló su voz entre gritos estridentes y voces suaves, a la par de efectos especiales para dar ese tinte robótico a las melosas secuencias de Kanth en canciones como Crimewave, Celestica o Vanished, para los interludios,o momentos donde se unía Alice a los aparatos de Kanth y dejaba el micrófono, utilizaron piezas de su nueva producción Telepath, Alice Practice, Does Dear e incluso Not In Love lamentablemente sin la voz de Robert Smith.
Con ese sonido apocalíptico, catártico y ácido en que Crystal Castles ya se ha definido, el 5 de octubre, fue una noche que se esperó por muchos meses, con algunos momentos repetitivos, con un público entregado al sonido y los esfuerzos de la vocalista Alice, que a pesar de estar lastimada no dejaba de tener la presencia que la demuestra como imagen de la agrupación.
Sin saludar ni despedir al público tapatío que los recibió, nos dejaron con un encore de cuatro canciones, que despidieron en Reckless, intimate y Yes No que prevaleció con secuencias, muy del género noise, que hacían de los cabellos erizarse.
Por: Judith Guzmán
