La Incubadora Artística Tapatía

Texto: DAVID MELÉNDEZ

Incubar también tiene cabida dentro de una empresa o proyecto, ya que su significado puede estar dirigido también a mantener la temperatura de una idea (embrión), hasta que ésta cobre vida y siga adelante por sus propios medios.

Precisamente así surge La Incubadora, que buscará encontrar el germen de las nuevas tendencias y propuestas artísticas, hasta llevarlas a su máxima expresión. De entrada, la propuesta luce extremadamente tentadora y busca, de forma principal, que los artistas involucrados se centren y concentren solamente en desarrollar su talento y crear obra, dejando de lado las infinitas diatribas sobre distribución, apertura de espacios, tasaje de valor, etcétera.

Justamente eso es La Incubadora: una especie de laboratorio de visos experimentales con toda la gama de herramientas y facilidades para que cierto artista “se posicione” (con la presencia de un estudio/taller con las condiciones idóneas para la creación de obra, así como un sueldo mensual) dentro del mercado del arte. A cambio, los artistas que participen donarán la mitad de su producción. Entonces, se elegirán las obras más representativas de cada creador plástico para consolidarlo por medio de Estudio Libertad, que está estrechamente vinculado con este proyecto y que ofrece la realización tanto de pinturas murales como producción y venta de obra gráfica para, por ejemplo, negocios y hoteles. Aparte, el primer camino para exhibir las obras caerá directamente en el espacio del Centro Cultural Kukuruchos, para después abrir nuevos derroteros para la exhibición pública en diversas galerías y museos. De hecho, Estudio Libertad tendrá un stand en la Internacional Contemporary Art Fair de San Diego 2015, donde llevará obra producida en La Incubadora.

Dicha idea, nace de la mente creativa de Bernardo Escobosa quien, junto a José María Martínez, David Cadena y Germán de Zulueta, buscarán hacer que La Incubadora crezca y se vuelva un referente básico dentro del mercado del arte tapatío y, ¿por qué no?, también a nivel nacional.

Y los primeros dos artistas plásticos emergentes son Feng Chuy (Guadalajara, 1982), que suele mezclar óleo y hasta resinas en la elaboración de sus cuadros fuertemente influenciados por el colorido mundo del cómic, y Pablo Daniel Arteaga (Guadalajara, 1986), éste último muralista urbano, integrante del Colectivo Grangrena y que realizó recientemete junto a Óscar Ortega, el mural titulado La Vida del Mercado dentro del mercado Lázaro Cárdenas en Zapopan.

A la inauguración de La Incubadora asistieron las cuatro mentes creativas detrás del proyecto, así como los artistas Feng Chuy y Pablo Daniel Arteaga, además de distinguidas personalidades del ámbito cultura e industrial tapatío que pudieron recorrer el mundo pictórico de ambos creadores y, además, comprar su obra. Como detalle extra culinario, los bocadillos de la velada corrieron a cargo de Alaríz, que ofreció una colección de productos del mar y tierra con ese toque de autor que sólo ellos saben darle con eficacia absoluta.