Texto: MATÍAS MIRANDA
La dosis del embrujo pop, si es alta, es inolvidable.
Y Little Boots (proyecto detrás de Victoria Hesketh) cubrió todo el Foro FIL con un suave velo de pastel pop, ése que además de poderse bailar, se canta con encanto.
En dos ocasiones anteriores había venido a México, pero para los tapatíos la tercera fue la vencida.
Ataviada en un chic y sofisticado blazer cruzado rosa (de hombreras prominentes), Little Boots demostró que sus tablas sobre el escenario han crecido enormidades. Ya no es aquella chica de talante frágil que ofrecía synthpop para las minorías; ahora con su tercera placa, Working Girl, las cosas han cambiado bastante y lo electroso sutil se ha colado por doquier en sus canciones. Incluso hay atisbos de influencias estilo The Human League o Heaven 17.
Entonces su directo fue un dulce atascado en pop para disfrutarse al máximo. Su arranque balanceado con “Working girl” y “No pressure” puso a cientos de asistentes en el estado de ánimo correcto para dejarse llevar por territorios de ritmo y melodía. Acompañada por dos coristas y un encargado en percusiones electrónicas, programación y artilugios sofisticados para modificar el sonido, Little Boots conquistó oídos con inusitada facilidad.
Incluso bromeó con algunas frases en español (siendo su favorita el “¡A huevo!” tan mexicano) y comprobó que es una de las favoritas de las nuevas generaciones en nuestra ciudad. Entre bailes, palmas y aplausos, Little Boots fue bombardeando a los presentes con el encanto de sus temas como “Get things done”, “New in town”, “Motorway” y “Remedy shake”.
Cabe destacar que a un costado del escenario había una pequeña mesa con productos oficiales de Little Boots y los vinilos que estaban a la venta fueron los primeros que “volaron”. También las playeras tuvieron mucho éxito y los discos compactos de sus tres producciones en estudio.
Seguramente pronto regresará Little Boots a nuestra ciudad. Ténganlo por seguro.

