
Texto: DAVID MELÉNDEZ
Con Andrés Calamaro, los lados brillantes con culmen de felicidad no suelen ser endémicos en su rutina diaria. Lo suyo es la decadencia y el exceso pero versados hacia la creatividad máxima, ahí donde se cae eternamente al barranco pero dejando huella sonora.
Pero también es cierto que Calamaro no está jamás calmo ni estático. Por eso ahora con su nueva gira Licencia Para Cantar, cambia la polaridad y desea ser mejor cantante y músico, puesto que quiere retomar al rock en su estado más puro y casto; esto es, componer sin excesos pero puliendo la creatividad con una banda física y palpable que se encuentre a su lado en el cuarto de ensayo o en la comodidad del estudio de grabación. De hecho, esto último será realidad en su ya esperado álbum Volumen 11, que fue grabado en diversas ciudades y momentos y que está a punto de volverse realidad. Calamaro incluso ha dicho que este disco lo regresa a la distorsión y a las letras donde el caos y el Apocalipsis tienen un lugar bien cimentado y asegurado.
En lo que respecta a Licencia Para Cantar, Andrés centra su directo en la fuerza de la instrumentación delicada, teniendo de compinches principales a la percusión, piano y contrabajo, logrando así una especie de “concierto teatral”. De hecho, se le da prioridad al tango y canciones clásicas del repertorio argentino; por ejemplo, ahora Calamaro mete “Piedra y Camino” de Atahualpa Yupanqui, además de revivir viejas glorias sonoras de Gardel, Aníbal Troilo y Litto Nebbia, entre otros. Además, en este tour las cosas bajan de intensidad y el deseo es que las personas dejen sus celulares y redes sociales de lado, para adentrarse sentados y sosegados al universo Calamaro sin mayores distracciones.
Así que ahora, en este 2016, los tapatíos presenciarán a un Calamaro más centrado y alejado de los excesos sobre el escenario del Teatro Diana. Eso sí, dando cuerpo y alma durante cada interpretación.
ANDRÉS CALAMARO. Tour Licencia Para Cantar.