Texto: DAVID MELÉNDEZ
Fotografía: JENNY MONTOYA
Y en la pirotecnia, yace el encanto.
Sí, The Guadaloops regresaron para dejar en claro y en absoluta lujuria sonora, que como banda están precisos y altamente concisos. Son, por así decirlo, una suerte de caballeros de la mesa redonda de ese hip hop contemporáneo donde se bifurca la palabra para darle entada al flow de cadencia veleidosa urbana, tan socorrido por las nuevas generaciones y que refleja sobre su piel sonora eso de que son el mejor exponente del cuadrante en su categoría.
Por otro lado, sus visitas no han sido constantes a Guadalajara. Basta con recordar que su show en el pasado 212 RMX apenas sobrepasó los 30 minutos de efectividad y sus fanáticos tapatíos —que ya se cuentan por cientos y miles—, quedaron con esas ansias locas de escuchar más de las pirotecnias musicales de The Guadaloops.
Mas su directo en el C3 Stage como parte del Ciclo 4 de Circuito Indio, constató que como banda han apretado tuercas y engrasado la dirección de su derrotero sonoro donde hasta jazz se cuela con inusitada facilidad, entre maremotos verborrea vocal. Sobre el escenario se muestran como lumbreras; y eso sin contar el carisma y entereza vocal de Tino El Pingüino que por si sólo ya es un músico con el tonelaje suficiente para embrujar a las masas con todo y esos aspavientos tan propios en su persona. Claro, el otro pilar en The Guadaloops es Fermín Sánchez, que ya muestra una compenetración total con su guitarra y se ha vuelto el anverso perfecto para la tesitura aguda y desfachatada de Tino, impregnándole a sus canciones ese eco de fondo fornido y que denota sustancia y alma. Pero todo lo anterior es lo que ha sido la historia de este combo: de ser dos, pasaron a ser tres y llegaron otros elementos hasta formar la actual troupe que enajena tímpanos y que volvió a Guadalajara para dejar una protuberante impronta en todos sus fanáticos.
Y en la velada repasaron su discografía pero dieron fuego directo a la pira de su tercer álbum, Alma Nueva (2016), de donde soltaron dos demonios musicales como lo son «Meta-Crush» y «Somnífera». También, ya clásicos como «El tiempo» y «Cada que es abril», que fueron interpretados con estamina pura.
Al final, el combo regio-defeño dejó ese buen bouquet en boca que los inmejorables conciertos siempre dejan…
Por causas de fuerza etílica mayor, la mitad de Nine Fiction se perdió el directo de McKlopedia… Upsss!!