*El dueto hidalguense, Oir Amor, se presentó en el Teatro Diana como parte del Tour Bendito Desamor, el cual hace referencia a su última placa discográfica

Una invitación a chatear por medio de Whatsapp se proyectó en la pantalla, minutos antes de que los hermanos Roma, José Luis y Raúl Ortega Castro, salieran al escenario en su regreso a tierras tapatías
«Bienvenidos a este viaje por un corazón, un recorrido, no sólo es escuchar canciones, en cada melodía hay una historia, esto no es un concierto es una experiencia de amor y desamor», fueron las palabras en off, antes de que un retroceso de 60 segundos, marcaron el ingreso, en punto de las 21:10 h, para que la banda soporte, conformada por una batería, un bajo, una guitarra y un teclado, así como un ballet de seis bailarinas, en indumentaria brillante; dieran inicio con una balada introductoria a uno de los duetos más románticos de los últimos tiempos: Río Roma.
De lado a lado, José Luis y Raúl se hicieron presentes con la melodía «Gracias un millón», seguida de “Te quiero mucho, mucho”, donde la voz del conglomerado se emparejó inmediatamente a la dupla hidalguense, complementando con la ligera “Penthouse”, en modo medley, fungiendo como opening perfecto para encender a quienes casi abarrotaron el recinto.
Los hermanos Roma agradecieron y anunciaron que habría sorpresas a lo largo de la noche, continuando con la romántica “Contigo”, que hiciera famosa Calibre 50 y con “Por eso te amo”, desprendida de su álbum debut.
Una escenificación con un sillón plateado al centro fue el siguiente episodio del show, en el que “Deberías estar aquí”, “Barco de papel”, “Así me decías” y “Me arrepiento”, mostraron el desafecto del repertorio.
Es bien sabido que José Luis y Raúl tienen un amplio catálogo de composiciones que se han hecho clásicos en la voz de otros intérpretes; “Día de suerte” (Alejandra Guzmán), “Todo cambió” (Camila), “Te dejo en libertad” (Ha-Ash), “Perdón, perdón” (Ha-Ash) y “Amigos no”, conformaron el siguiente bloque en un vaivén de emociones inevitable.
Llegó la calidez con “Al fin te encontré”, “Eres la persona correcta en el momento equivocado”, “Hoy es un buen día” y “Tan solo un minuto”, en la que el género masculino le tocó salir al frente, cantando al unísono y poniendo el ejemplo de que estos temas no sólo están hechos para el género femenino.
La primera sorpresa de interacción fue cuando el dúo subió a la fan más romántica de la noche, chica de 21 años, que fue seleccionada por saberse todo el repertorio de principio a fin, y que fue galardonada con un dije con el nombre del conjunto, y que al momento de tomarse la foto con un beso en cada mejilla por parte de los hermanos, se volteó hacia José Luis, impregnándole un beso en la boca, el cual desató risas y opiniones encontradas.
El espectáculo continuó con las intensas “Sabes lo que pasa” a dueto con Carlos Rivera, “La última carta” con las hermanas Hanna y Ashley, “Todavía no te olvido” de nuevo con Carlos Rivera, los tres feat. de manera virtual en la pantalla trasera; así como “Fantasma”, interpretada por primera vez en Guadalajara y “No lo beses”, éxito en la voz del Potrillo, Alejandro Fernández.
La banda soporte cambió los instrumentos de pop por la tuba, el bajosexto y el acordeón para empezar el juego de la ruleta del despecho con una selección de temas de regional mexicano que incluyeron “Caballero” (Alejandro Fernández), “Mi mayor anhelo” y “El color de tus ojos” (Banda MS), “Ya es muy tarde” (La Arrolladora Banda El Limón), “Te hubieras ido antes” (Julión Álvarez), “Ya lo sé que tú te vas” (Juan Gabriel), “Fuerte no soy” (Intocable) y “Que vuelvas” (Grupo Frontera); ante una ambientación de cantina con un par de parejas románticas que subieron para que el mismísimo dueto les cantara en sus propias mesas.
Superadas las dos horas continuas con más de tres decenas de canciones, el clímax de la noche lo protagonizó “Caminar de tu mano” que hiciera a featuring con el colombiano Fonseca, su balada hit “Me cambiaste la vida” y rematando la tercia final con “Mi persona favorita”, luciendo el ballet de bailarinas en tono rojo y con el público tapatío saltando ante semejante entrega.
Texto: Eduardo Roel Fotos: Regina Luna









