*Kase.O celebró 33 años de carrera en el Auditorio Telmex con un concierto enérgico, lleno de hits, emociones y sorpresas. Desde los clásicos de VdV hasta sus joyas en solitario, la noche fue un viaje espectacular
El sábado 25 de octubre, el Auditorio Telmex se transformó en una maquina del tiempo y un santuario del rap en español, con la imponente presencia de Kase.O, el maestro de ceremonias en la cúspide de su arte, celebrando 33 años de carrera, cimentado como una leyenda en su género, con un show que recorrió todo su arsenal sonoro en una fiesta monumental.
La cita era a las 21:00 horas, la cual demoró un poco y un ansioso público multigeneracional se hizo notar con algunos chiflidos antes de que la luz se apagará, causando gran excitación en sus fans que desde el primer instante se pusieron en pie a liberar toda su energía. Con el filósofo del micrófono sobre el tablado, quedó claro que este no sería un show cualquiera. El despliegue escénico fue formidable, una tarima elevada acogía a Rumba, el DJ que con maestría proporcionó la base rítmica de la noche. El conjunto se complementaba con dos pantallas laterales gigantes y una central móvil, especie de jaula, que en el inicio se mantuvo baja, ocultando parcialmente a Rumba, para luego elevarse y descender un par de veces más, añadiendo dramatismo visual. En estas pantallas, desfilaron imágenes de MC en distintas etapas, así como fragmentos de los videoclips originales, creando un mosaico visual que narraba la evolución del español.
El setlist fue un viaje exhaustivo que satisfizo a todos, fusionando himnos de Violadores del Verso como “Vicios y virtudes” y “Información planta calle” con joyas de su proyecto solista como “Esto no para” y «Cantando». El público, de pie en todo momento, se rindió ante el ritmo, cantando a todo pulmón y siguiendo con las manos en alto cada tema
Durante la primera parte, el rapero portaba una mochila, de la que se desprendió para compartir uno de los momentos más emotivos de la noche: “Esta mochila la traigo a todos los shows porque me recuerda a cómo comenzó todo, es un símbolo de cuando empecé a rapear, esta mochila era mi todo, mi almohada y mi hotel. Y ahora doy gracias a ella y a todos ustedes. Sin ustedes este sueño no sería posible”. En un momento de profunda humanidad, vinculó al apoyo de sus padres quienes le dejaron perseguir sus sueños desde joven con ella y como ahora ayuda a la preparación de la mochila de su propia hija.
Kase.O se mostró comunicativo, alegre y, sobre todo, profundamente agradecido. Su conexión con la gente fue inmediata, acercándose constantemente a chocar manos con sus seguidores más próximos. Esto también se reflejo arriba del escenario, donde se vio magnificada por una procesión de invitados de lujo: Hazhe, Francesc Tamarite, El Momo, Xhelazz y Shohai, quienes elevaron la energía del lugar.
La magia en las rimas se vivió con otros éxitos como «Información planta calle», «RBX Nueva», «Fuego camina conmigo», «Javat y Kamel», «Pura droga sin cortar», «Cantando», «Ke no hay alcohol» (dedicada a su amigo Jotamayúscula), reafirmando la colaboración y apoyo de sus amigos que le acompañaban en el escenario y lo largo de su historia musical
Unos de esos momento de pura interacción se vio durante «Mitad y mitad», donde ya cantadas las primeras estrofas, el rapero detuvo la canción indicando que no sentía la voz del sector femenino, aclarando que era dedicada para ellas, esperando más energía, llevando al Auditorio Telmex a resonar con la voz de todos los asistentes en una versión reiniciada y cantada con el triple de fuerza, un acto de complicidad perfecta entre el artista y su gente.
El concierto, que mantuvo a todos de pie y coreando cada verso, pareció terminar con «Repartiendo arte». Pero los gritos lo trajeron de vuelta para entregar «Ringui dingui» y «Tiranosaurios Rex», para volver a despedirse, pero eran 33 años los que se estaban viviendo y las sorpresas no podían parar, llegando en mayúsculo: el logotipo de Violadores del Verso apareció en la pantalla tarima del DJ. El corazón del hip-hop español se detuvo por un segundo antes de que Sho-Hai, Lírico y R de Rumba se unieran a Kase.O en el escenario. La leyenda estaba completa. Los himnos «Máximo exponente» y «Vivir para contarlo» fungieron muestra de este gran legado artístico. Después de esto, la noche se cerró con la surrealista y festiva imagen de todos los MCs bailando al ritmo de «Sopa de caracol», mientras Kase.O, el último en irse, se quedó chocando palmas con sus fieles, agradeciendo hasta el último segundo un sueño que, como él mismo dijo, sin ellos no sería posible. Una noche que, efectivamente, vivirá para ser contada.
Texto y Fotos: Roy Arce