El líder de División Minúscula visita Guadalajara, con banda completa, para estrenar En los tiempos de lo extraño
Son las 21:30 horas y cinco músicos salen a escena dispuestos a romper las “Reglas”, encabezados por el capitán Blake que predica: “Buenas noches, bienvenidos a En los tiempos de lo extraño, un placer estar por acá”; gritándonos a la cara “No me provoques”, que se hace notar por los teclados y la particular voz de Andrea Acosta en los coros. De pronto un “Estúpido adiós” retumba entre country y rock and roll, aquí es donde el tamaulipeco da muestra de su versatilidad, y enviste campos sonoros que jamás había mostrado.
“Esta es una canción que habla de simplemente fluir”, mientras abraza la guitarra acústica y el bajista del rickenbacker emite “Girasol”, que se confronta con lo dulce “De esos besos”, transformándose en una sola voz.
Llega un silencio y Javier menciona: “Un año difícil para mí y para los que tengo cercanos a mí” construyendo un “Rompeolas”, que en vez de detener el agua, detiene el tiempo y nos hace reflexionar.
El de Matamoros habla de sus vicios, tanto positivos como negativos, y lo plasma en “Cicatrices”, refiriéndose a la soledad como fiel compañera, y poniendo pausa a su nuevo material; ahora dirige: “Yo soy una persona que cree en las segundas y terceras oportunidades”, y nos regala “Dice que se va el próximo mes”, sencillo estrenado con un sexenio de diferencia.
“Préstame tu piel” y “Me tomé una pastilla”, le hacen justicia a División Minúscula, la banda que lidera desde 1996, y que regresa a Guadalajara para celebrar 25 años de trayectoria el 8 de diciembre en el Teatro Diana.
Alrededor de los tres cuartos de hora, Javier baja de la tarima, y en tan solos unos minutos vuelve para cantarnos “Austin”, mientras su combo regresa con fuerza y de manera combativa ensordecen con “No hay sistema que nos rija”, culminando con “Réplica”, carta que dio a conocer su primer disco solista.
Por Eduardo Roel.
Fotos: LAGS















