Bienvenidos al jardín de las almas

*Camilo Séptimo y sus invitados llenaron de música el Teatro Diana

El viernes 15 de diciembre, en el marco de las festividades navideñas y el cierre del año, Camilo Séptimo iluminó el escenario del Teatro Diana con su última presentación del año, ofreciendo una despedida inolvidable al público que llenó el lugar. Con su más reciente disco, El jardín de las almas, la agrupación no sólo entregó un espectáculo musical, sino una experiencia envolvente que cautivó a todos desde el primer momento.

El frío de la noche no impidió que el recinto se llenara de calor y emoción con las almas que acudieron a disfrutar de este gran espectáculo. La velada comenzó con la grata sorpresa de dos invitados especiales, Moanday, un dúo indie-pop español, con un sonido un tanto funky-dance y Solo Fernández, un cuarteto de pop-rock de Santo Domingo. Ambos actos caldearon el ambiente con su música, preparando a la audiencia para el plato principal de la noche. Agrupaciones de las que quienes son fans de los estelares, conocen la conexión que tienen con ellos.

Con el Teatro Diana colmado de expectación y acercándose la hora pactada este concierto, se realizaban los últimos acomodos en la instrumentación y luces que acompañarían el show. De pronto, aún con luces encendidas, muy sutilmente, como música ambiental de forma casi subliminal, comenzó a escucharse en todo el lugar un peculiar sonido de fondo el cual, al paso de unos minutos, comenzó a ser reconocido y llamó la atención de la gente. Sorpresivamente, las luces del lugar se apagaron, y de fondo se escuchó un dialogo entre dos personas, sincronizado con las luces del escenario:

«—¿Dónde, dónde estoy? No recuerdo nada— Bienvenidos al jardín de las almas— ¿Dónde estás?—Soy la voz que guía a los perdidos en este mundo...»

Este audio, que corresponden al tema que cierra el disco que nos convocó esa noche, estremeció a la concurrencia. Mientras esto sucedía, Camilo Séptimo se apersonó, marcando el inicio de un recorrido sonoro que dejó huella. La conexión con el público fue instantánea, con temas como «No digas nada», del mismo álbum, y «No confíes en mí» , resonaron en el corazón de los asistentes. Esto dio paso a un breve saludo y agradecimiento del vocalista, que continuó con el motivo de la reunión: la música. «Ser humano», «Te veo en el 27», siguieron en la lista.

La gente se puso de pie desde el primer segundo para cantar y disfrutar de un show con la iluminación y la precisión interpretativa que caracterizan a Camilo Séptimo, que nos envolvieron en un ambiente etéreo, casi surreal. Una tras otra, las canciones se sucedían, sin apenas pausas, y los intérpretes desplegaban sus acordes con maestría, en un Teatro Diana extasiado. «Pulso», «Heridas» resonaban.

La noche continuó con emocionantes momentos, incluyendo la participación de los grupos invitados para acompañar en «Vueltas», perteneciente al último disco y producida por las tres agrupaciones; además, la sorpresa de grandes pelotas blancas que inundaron el teatro y que rebotaban por todo el lugar, paseando de mano en mano de la gente. Un par de temas después, se despidió temporalmente con «Como tú».

Pero esto no era todo lo que tenían por ofrecer y con el vínculo generado, los anfitriones no pudieron estar mucho tiempo lejos de sus fans, lo que les trajo de vuelta para interpretar éxitos como «Contacto» y «Eres». Con ello, Coe, aprovechó para reconocer y dar gracias por que parte de su familia, incluyendo a su mamá, estaban presentes en este concierto, él último que darían este año.

«Eco», «Vicio» también estuvieron. Entre cantos, bailes y agradecimientos, Camilo Séptimo cerró su tour anual con la inolvidable «Inevitable», dejando a la audiencia llena de emociones y recuerdos. Una noche única que selló el año con la magia de la música y la entrega apasionada de una de las bandas más queridas.