*Wallows conquistó Guadalajara en su primera visita a la ciudad. El Teatro Diana rebosó de energía con los californianos que borraron cualquier distancia entre el escenario y las butacas

El pasado domingo 11 de mayo, el Teatro Diana abrió sus puertas para recibir, por primera vez, a Wallows, la banda originaria de Los Ángeles, California, y a sus teloneros, Culture Wars.
Desde temprano, la sala comenzó a llenarse de público joven que ansiaba vivir el momento, anticipando la llegada de la agrupación que ha construido su sonido sobre la base de una amistad de toda la vida entre Dylan Minnette, Braeden Lemasters y Cole Preston que, con su fusión de indie pop, folk, pisaban suelo tapatío como parte de su tour Model & More, presentando temas de su LP, Model y su EP, More.
La velada inició con la propuesta de Culture Wars, la agrupación invitada procedente de Austin, Texas. Durante aproximadamente media hora, ofrecieron un adelanto de su música, interpretando temas como “Slowly” y “Typical ways”. Se mostraron visiblemente felices en el escenario, agradeciendo tanto a los estelares por la invitación como al público por el cálido recibimiento en esta, su primera visita a la ciudad, formando parte del tour de los angelinos.
Con el recinto ya prácticamente lleno, Wallows tomó el escenario unos pocos minutos después de las 21:00 horas. El público, pleno de enrgía, se puso de pie desde la primera canción. Dylan expresó su sorpresa al ver cada butaca ocupada, señalando la cercanía de la gente en el frente como algo que apreciaban, sorprendido de que tan cerca los tenía. «Guadalajara, cómo se sienten, espero que todos se diviertan, estamos aquí por primera vez, tocaremos canciones viejas y nuevas«, exclamó, marcando el tono de la noche.
El setlist se desarolló casi sin pausas, con las canciones interpretadas de corrido. La banda recorrió su catálogo iniciando con “Only friend” y siguiendo con “Treacherous doctor”, “Deep dive”, y “Quarterback”. La banda conectó estrechamente con el público, con ambos vocalistas aprovechando momentos durante los temas para estrechar manos y posar brevemente para alguna foto.
La entrega constante se tradujo en gritos intensos de la gente que cantaba cada tema a todo pulmón, bailaba y levantaba pancartas con mensajes para la banda con temas como “Bad dream”, “Ok”, “Ground”, “These days” que incrementaban la energía. Durante la interpretación de “You (Show me where my days went)”, las lámparas de los celulares se encendieron por toda la sala, creando un efecto que maravilló a la banda en el escenario.
Con “At the end of the day”, llegó un momento álgido en el que Minnette bajó del escenario y recorrió los pasillos de la parte baja del teatro, desatando la euforia de los fans, quienes buscaban un saludo o una foto. Algunos, incluso, se subieron a los respaldos de sus asientos para verlo pasar lo más cerca posible. Algunas canciones después, Braeden repitió el gesto y en algunos momentos de fondo se prendieron algunos puntos de colores que parecían estrellas en el cielo.
El concierto continuó con “Coffin change”, “Hide it away”, “Learn to love again”, “Uncomfortable”, y “Anytime, always”. El público, mayormente joven, con pocos adultos acompañando adolescentes, mantuvo el éxtasis, con varios asistentes dejando de lado sus celulares para simplemente cantar y bailar. La parte final se integró por “Scrawny”, “Pleaser”, y “Calling After Me”. Casi al terminar, llegó una bandera de México al escenario como regalo de la gente; Lemasters la mostró, la puso unos momentos sobre sus hombros y posteriormente la colocó sobre el soporte de su micrófono, como testigo de su éxito. El cierre llegó con “Are you bored yet?”, “Remember when”, y “I don’t want to talk”. La banda no realizó la pausa típica para un encore. Hacia el final del show, Dylan exclamó un «Gracias, Guadalajara» en un claro español, provocando una enorme ovación final que resonó por todo el teatro.
Fue un concierto donde la música, más que sonar, permeó en cada gesto: en los fans, siempre eufóricos, que mantuvieron las manos extendidas hacia el escenario; en los versos gritados al unísono y en esa bandera ondeando junto al micrófono como mensaje del recibimiento del pueblo mexicano.
Texto: Roy Arce. Foto: Sammy Ruvalcaba






