Preparé mis herramientas para transitar en un festival que ya por 3 años ha acogido a bandas de distintos tipos, personas de todas las edades y gustos musicales diversos que se congregan en 5 escenarios y ahora uno más agregado: La Cabina DJ.
El Festival 212 RMX vuelve las calles suyas, llenas de patrocinadores y asiduos curiosos, algunos portando modas obvias, otros más intentando resguardar su poco conocimiento de los músicos a presentarse y un sector aún más evidente aquel que simplemente decidió salir de casa un sábado a tomar el frescor del mes de septiembre. Entre voluntarios y policías el festival intentaba ser en lo mayor posible un lugar de encuentro propio para caminar sin el problema de verse perdido o agredido, y así se demostró, una avenida con un flujo natural imprescindible incluso a pesar de la lluvia.
El primer invitado al que le regalé mi oído fue a Silverio, su Majestad Imperial como prefiere ser llamado, donde su espectáculo radica más en el performance y la incentivación por parte de su público más que a la música, sin embargo los tapatíos se demostraron tímidos y un tanto temerosos a las agresiones que ya acostumbra a hacer el productor y exintegrante de Titan, aún así dio un espectáculo como los grandes, a pesar de haber iniciado con 25 minutos de retraso y mostrar su show con la gran cantidad de luz del día (4:28pm, escenario Justo Sierra). Canciones como Yepa Yepa Yepa, Super Idolo y Pulgoso Mix no podían faltar.
La calle comenzaba a llenarse, el clima cambiaba poco a poco de un soleado sábado a amenazantes nubes, caminé entre los escenarios, 5 de ellos presentando 61 bandas y un espacio especial para DJ’s de distintas partes del país, donde me encontré con Sonido Satanás, un par de tapatíos que ponen las caderas a tono con las cumbias y mezclas de mucho sabor sonidero. Este festival me remite al Lollapalooza, sin duda alguna.
Así que caminé hacia el escenario principal, el que se ubicaba en Niños Héroes, con 15 minutos de retraso una de las bandas más importantes de Guadalajara comenzó a tomar los micrófonos. Recién llegados de su tour por Europa y de haber tocado en uno de los festivales más importantes del mundo (Glastonbury) Troker deleita los oídos con Chapala Blues y Principe Charro, agradecen estos 10 años en los que se ha mantenido la alineación celebrando además este como uno de los mejores años para su carrera.
Emotivo y con dedicatoria, este festival comenzaba a nublarse. Acerqué mis oídos al escenario en Guadalupe Zuno, The Seamus tocaba, una banda que no tan convincente intentaba mostrar apoderamiento del escenario, pero la torrencial lluvia hizo que la gente comenzara a buscar refugio y sólo unos pocos se mantuvieran a la espera. Por otro lado, el aguacero hizo que algunas bandas tuvieran que interrumpir sus presentaciones hasta que bajara un poco su intensidad. Así que este festival se vio amenazado de primera entrada. Pero el público estaba más sediento de música que preocupado por la lluvia, la fiesta tenía que continuar.
Pasadas las 9 de la noche, un reacomodo en la alineación del escenario principal había surgido y después de la primer lluvia torrencial, el clima cesó por unos instantes y fueron 4 canciones con las que engalaron la pista Los Angeles Azules, una banda de cumbias como tal, tocando en un festival de “música alternativa”, el público estaba eufórico, bailaban sin preocupación a las calles inundadas o a la lluvia que comenzaba una vez más a hacer de las suyas.
Sin anunciar mucho más, las bandas que estaban programadas se descartaron y Los Amigos Invisibles tomaron al público en el momento preciso: ya empapados pero con ánimos de seguir el baile. A las 10:30pm arrancaron el Groove de su bajo, la delicia de la voz que hacía que Sexy, Cuchi-Cuchi y Mentira, fueran no sólo cantadas por los presentes por lo demás bailadas al unísono y con gran ánimo para que la fiesta no se viera afectada por la gran tromba de lluvia que para mitad de su set retomó fuerza de nuevo.
Cada quien habrá tenido una manera distinta de regresar a casa después de este festival, tuvo su propia experiencia musical y aprovechó este sábado de manera muy singular (algunos en grupo, otros en familia y unos más solos o en pareja), pero es seguro que todos nos vimos envueltos en la misma circunstancia de lluvia, unos más empapados que otros, al final RMX volvió a “tomar las calles”, abrió espacios a bandas poco reconocidas y a otras totalmente consolidadas. 61 bandas en 10 horas de festival es un reto, así que podrá llevarse cada quien su propia experiencia, lo que sí es que ese reto grande fue cumplido y una vez más aplaudido.
Por: Judith Guzmán
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