El epicentro sonoro de nueva cuenta ocurrió en Guadalajara.
Y es que los chicos del festival de innovación más importante en México, Epicentro, tomaron por asalto a la Perla Tapatía para ofrecer una serie de charlas con reconocidos speakers de primer nivel, una comedida «Feria de Startups» por el Andador Chapultepec y un par de concierto gratuitos en dos zonas muy céntricas y de fácil acceso.
Así que el primer round sonoro —titulado Sonidos que Conectan— tuvo lugar en el monumento a la Plaza de la República. Minutos antes de las 18:30 horas (hora pactada para que arrancara el menú formal sonoro) ya estaban alrededor de 100 personas, la mayoría fanáticas jóvenes de Enjambre con su diadema en forma de antenitas de abeja, que ya ocupaban los primeros lugares con mucha euforia y ansias por ver y escuchar a una de las bandas de rock alternativo de más punch y empuje dentro de las nuevas generaciones.
La dinamica de la noche fue la siguiente: un emprendedor invitado tomaba la palabra para exponer su caso ante el público presente, y después salía la banda en turno. Como primer «ponente» estuvo el brasileño Edgard Gouveia Jr., el cual platicó acerca de PlayTheCall, un proyecto en línea de ayuda comunitaria donde todo el público pone su granito de arena para auxiliar a terceros.
Enseguida, llegó Trying To Be Famous, nóvel banda tapatía liderada por Diego Garea. Su presentación dejó un excelente sabor de boca, con un post rock introspectivo de gran quitaleje. Échenle un oído porque en verdad poseen un sonido pulido y es de las pocas bandas «nuevas» de Guadalajara que pinta para crecer por doquier. Su primer disco se titula Absolut Miserable Worthless Piece of Shit y pueden escucharlo directo de su bandcamp.
Después subió la colombiana Jackeline Arango, de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza (ANSPE). Ella habló un poco sobre la ciudad de Medellín, que recientemente fue nombrada la ciudad «más innovadora del mundo» dentro del concurso City of the Year, que organizó The Wall Street Journal y Citigroup.
Entonces ocurrió la primera gran fiesta de baile con el sonido latino guapachoso con aires de jazz formal de San Juan Project. Y, claro, esa máxima que ellos recomiendan al público «si te gusta el ritmo sólo mueve el cuerpo», se cumplió a rajatabla, incluso provocando un momento curioso: un círculo de varios jóvenes que generaron un slam frenético a ritmo de contrabajo, trompeta y trombón.
Alrededor de las 21:00 horas, las cosas en la Plaza de la República se empezaron a complicar, tanto para el tráfico usual de la zona como para la visibilidad de los asistentes porque, de aquellas 100 personas que apenas convivían a las 18:30 horas, ahora había alrededor de tres mil presentes que llegaron incluso a cerrar avenida México en su sentido hacia el centro de la ciudad y llenaban, además, por completo la plancha principal de la plaza. Para ese momento, personal de la Secretaría de Vialidad ya hacía lo propio para desviar a los automovilistas por rutas alternas, porque sobre las calles había muchas personas y hasta niños.
De aquí en adelante, el formato de los emprededores contando sus historias de éxito, se tornó caótico porque la masa en general lo que quería era escuchar música, así que sufrieron la gota gorda los expositores que pisaron el escenario para mantener e hilvanar sus discursos.
Las cosas retomaron su cauce normal con la presencia de los regios Mexican Dubwiser, una especie de soundsystem con visos electrozos y cadencia fiestera a más no poder. Pero la sorpresa que brindó este proyecto liderado por Marcelo Tijerina, fue la presencia como invitado en dos canciones de su set del defeño Tino El Pingüino, uno de los exponentes mexicanos de hip hop urbano con más prestigio dentro de la escena incluso del rock nacional. Todo un lujo fue escuchar su característico fraseo y su presencia desfachatada y en todo momento enérgica.
¿El final?
Ya podrán imaginarlo, con miles de personas berreando a destajo cuando Enjambre tomó el escenario quince minutos después de las 22:00 horas. Desde que empezaron las primeras notas de «Argentum», la algarabía estuvo presente en cada metro cuadrado de la Plaza de la República, azoteas, banquetas, restaurantes, comercios y terrazas aledañas. Resulta increíble constatar cómo sus seguidores se saben de memoria todas sus canciones y viven sus conciertos a flor de piel. De ahí en adelante, la noche fue poniéndose candente con temas como «Tras la puerta», «Ausencia de cocina», «Dulce soledad» y «Dama demencia», que fue unida magistralmente con el arranque con campanelas en guitarra de «Somos ajenos», tema favorito que las chicas cantaron como si se les fuera el alma por la garganta.
¿Que si volaron latas de cerveza y vasos desechables con líquidos extraños? Pues sí. ¿Que si hubo saltos descontrolados y furor descarriado? También los hubo y a destajo, sin medida ni control, pero esas son las anécdotas infaltables de todo buen concierto masivo.
Pero también, Epicentro nos ofreció una fiesta de innovación y música, donde se conectaron ideas para transformar, colaborar y crecer como sociedad.




























