Texto: DAVID MELÉNDEZ
Ciertas noches son históricas para algunos oídos. Máxime cuando Noel Gallagher viene a Guadalajara y más de dos mil tapatíos se vuelven locos ante su música y su leyenda.
Es cierto, lo de Gallagher sobre el escenario después de desintegrar a su banda mater, Oasis, y conformar en 2011 su nueva banda (la High Flying Birds), ha sido algo enteramente reposado porque sus directos son eléctricos y en ocasiones briosos pero jamás alcanzan las cosas de intensidad de Oasis. Sí, la diferencia entre él y su hermano Liam Gallagher es atroz, pero también es cierto que Noel componía la totalidad de los temas y Liam sólo prestaba su voz y su desfachatez sobre el escenario. Pero, bueno, Noel vino a dar un concierto sin fisuras ni errores, y por demás disfrutable para todos sus seguidores que lo colmaron con cánticos que incluso el propio Noel “calló” para seguir tocando a gusto, aunque lo anterior no fuera del todo caballeroso.
A lo largo de casi canciones, lo honroso fue que Noel coló nueve canciones de Oasis (sí, claro, no los éxitos para apaciguar masas, aunque sí la titánica “Wonderwall” para no quedar mal parado), y en verdad que sabe mantener aquella magia noventera que muchos escuchamos. Interpretar “Champagne Supernova” a años de distancia de su creación, fue un momento único y mágico. Todos los presentes en el Teatro Diana lo supieron y se dejaron llevar por el suave oleaje del recuerdo y las vivencias pasadas. Y, por supuesto, cerrar con “Don’t look back in a anger” fue el punto final perfecto, para que se olvidara la escasa comunicación de Noel ante los presentes o su figura estática frente a su micrófono.
Y en materia de nuevas canciones, los asistentes en verdad se entregaron con cortes como “Riverman” y “Dream on”, demostrando que no solamente iban por el recuerdo sino que están al tanto de la carrera de Noel.
Así, Noel Gallagher visitó Guadalajara para dejar en claro que, leyenda sigue siendo sin problemas ni exageraciones
Fotos: Yorch Gómez














