Texto: DAVID MELÉNDEZ
Existen momentos en que la pasarela suele arder hasta convertirse en una pira donde el fuego se vuelve salvaje, casi insurrecto en sus formas y destellos.
Y así fue la Tercera Edición del Fashion Weekend organizado por Heineken®: una erupción de color, diseño, glamour y mucha alegría que tuvo como actores principales a las diseñadoras tapatías Julia y Renata Franco, al diseñador hidalguense Iván Ávalos y al reconocido Benito Santos, que brindaron sendas pasarelas con lo más reciente de sus creaciones.
Justo a la entrada de Desfilia, una réplica de un carro de Fórmula 1 recibía a todos los invitados, el cual fue intervenido por Benito Santos y Claudio Limón con detalles donde se mostró el color característico de la cerveza Heineken® junto a la creatividad artística y gráfica de ambos creadores.
Ahora bien, las actividades arrancaron con la degustación del caldo mágico holandés de la botella verde por excelencia que se distribuye en más de 190 países alrededor del mundo, para después pasar a ocupar las diversas personalidades y socialités tapatías donde nos topamos a Alejandro Loccoco y Paulo Orendain, entre otros.
Tiempo después, las hermanas Franco arrancaron las actividades sobre la pasarela al mostrar una colección con su idiosincrasia básica; esto es, ese minimalismo y vanguardia característica de sus diseños limpios y austeros, con ese toque de gala nada formal que cautiva tanto a las chicas contemporáneas. Enseguida, Iván Ávalos fue el imán de todas las pupilas de los presentes al ofrecer vestidos altamente veleidosos y llenos de ese candor de coquetería donde exudaban colores negros mate en contraste con los blancos casi celestiales e impolutos, aunado a ciertos rosas con tonos dorados y metalizados.
Al final, Benito Santos le colocó el distintivo de fuerza visual con su colección Crucero 2016, donde el alma marítima y, ¿por qué no?, marina, copaba cada modelo y vestimenta. Esos sendos “sombreros de marinerito” (como dice el grueso de la población de manera cariñosa a las gorras de capitán), embellecieron cada cabeza de las modelos que desfilaron entre pantalones de campana gráciles y de movimiento desenfrenado, y ese clásico “escote barco” que sigue de forma ondulada la forma de la clavícula y que enalteció la silueta estilizada de cada una de las portadoras.
Después, la fiesta se volvió imparable y los presentes se deleitaron con otra forma líquida para mitigar el calor tras los pasos de baile: Tequila Centenario (tanto Plata, como Reposado y Añejo), que se sirvió derecho o combinado y que redondeó las actividades de ocio de lo que le quedaba a la noche.























































