
Texto: DAVID MELÉNDEZ
No existe gracia ni reclamo mayor que aquel que dicta que, crear es una cosa furtiva, mucho antes que intuitiva.
La Casa Borell (levantada por sobre todas las cosas por el arquitecto galo Louis Borell allá a finales de los 50’s pero del siglo XIX por los rumbos de la Colonia Americana de Guadalajara), se vistió de inmensa gala para recibir a 27 artistas plásticos de las más diversas índoles en cuestión de técnica, que engalanaron parte de su espacio con formas y relieves llenos de intensidad y bagaje creativo.

Entre ojos entreabiertos, pasteles relucientes, alfileres embrujantes, transmutaciones figurativas imposibles, fantasmas rutilantes, maniquíes descabezados y otros delicadamente erguidos para ser vestidos, harapos colgantes, bichos raros y casi palpables, arañas inmóviles pero imponentes, máscaras sombrías, rostros transfigurados y hasta coladeras de cualquier tarja de cocina fina, se abrió un abanico de formas y estilos donde artistas consagrados y jóvenes hicieron de las suyas con insurrecta algarabía.

El público asistente constató el trabajo de Karla de Lara, José Fors, Álvaro Cuevas, José Luis Malo, Sinhué Villegas, Abby Aceves, Roberto López, Juan Zufiaur, Claudia Huízar, Roberto Morleghem, Héctor Javier Ramírez, Ignacio Aldama, Paco De La Peña, Aram Cortés, Simón Cruz, Rosendo, Ricky Granna, Nino Magaña, Jessica GADGA, Eduardo Mejorada, Feng Villalpunk, Rogelio Guerrero, Boris Klaatu, Aldo Fragoso, Paulina Gómez, Abraham Zárate y Eleki Hobosigns, en una atmósfera por demás plástica y en la que todos los presentes recorrieron una y otra vez estos maniquíes que fueron intervenidos con mano santa y gracia pictórica. Además, hubo tragos interminables, canapés de suculenta gallardía y música sin freno ni medida durante toda la velada que arrancó pocos minutos después de las 19:00 horas.

Y estén atentos porque esta obra de arte en tres dimensiones será presentada en los meses siguientes en otras galerías y eventos en Guadalajara. Por el momento, 27 artistas hicieron de las suyas con las formas fijas de cada maniquí.