Texto: DAVID MELÉNDEZ
Fotografía: SALVADOR TABARES
Asistir a un concierto de Allison, es una experiencia sin paragón.
La euforia de sus fanáticos es tal, que nadie en su sano juicio dudaría en negar lo anterior. Incluso la entrega con la que todo el público corea las canciones de este cuarteto formado hace tres lustros en la Ciudad de México y con cuatro discos editados.
Encabezados por el buen Érik Canales, Allison es punto y aparte en lo que respecta a bandas con ese sonido de punk con buena dosis de pop rasposo. La energía que provocan y generan estos cuatro chicos sobre los escenarios, quedó demostrada una vez más durante su visita al Escenario Anexo Independencia de Guadalajara para el Ciclo 3 de Circuito Indio. Slam, gritos, bailes desenfrenados, sudor al tope y emociones propias de la pubertad, fueron parte de la velada y nadie quedó estático.
Arrancaron la noche con un extracto de su álbum debut, «Me cambió», para encaminar después «Ya no te amo», «Dualidad» y «Vamos otra vez». Érik era el que ponía la algarabia y todos los presentes lo seguían sin chistar, como si fueran unos autómatas. En esa entrega casi ciega, brotó el slam a velocidad máxima y el Escenario Anexo Independencia se transformó en una sucursal del desenfreno. Volaban brazos, la saliva era expulsada por los aires, los músculos se tensaban como si fueran ligas a punto de reventarse y Allison era idolatrado por doquier. Y, claro, el punto final lo puso su corte «Frágil», uno de los imprescindibles de su repertorio, no sin antes sacar a flote «Tú», «Memorama» y «Aquí».
La noche también contó con la participación de Buen Viaje, banda de Texas que propuso su rock áspero de alma emocional amorosa y de desgarre sentimental, que fueron recibidos por el público tapatío con un aplauso sincero y de talante inolvidable.









