*Yann Tiersen volvió al Teatro Diana mostrando su inagotable ingenio polifacético con «Kerber«, su experimental y ambiciosa nueva producción.
Dentro de todas las características que hacen virtuoso a un artista, hay dos que destacan sobre las demás: manejar con maestría una gran variedad de instrumentos y reinventarse cada día tratando de romper sus propias fronteras creativas. El pasado viernes 3 de junio en el Teatro Diana, el renombrado músico y compositor francés Yann Tiersen dejó en claro que su obra, de casi treinta años de trayectoria, sigue rigiéndose bajo esas dos premisas cautivando en el asombro constante a sus seguidores.
En primera instancia, la disposición del escenario defraudó un poco a los asistentes que, acostumbrados al despliegue instrumental del compositor, se encontraron con una pantalla blanca vertical y sólo con dos mesas en una de las cuales destacaba un sintetizador. Hubo quién aseguró que primero abriría algún DJ set antes de la entrada triunfal del creador de música para películas como «Amelie», «Goodbye Lenin» o «Tabarly». Para sorpresa de todos, alrededor de las 21:00 hrs., Yann Tiersen tomó su lugar en el sintetizador mientras uno de sus músicos se ubicó en la otra mesa. Nada más, ni abridor ni orquesta, ni siquiera su frenético violín se presentarían esa noche.
Sin embargo, todas las posibles frustraciones que pudieran haber surgido ante la aparente austeridad en escena, se fueron diluyendo en el apacible ambiente que el interactivo juego de luces e intricados acordes electrónicos de «Kerber«, este proyecto multisensorial que también cuenta con una película, que sumergió al foro en aguas tranquilas y paisajes sonoros envolventes. El tenor experimental electrónico de la noche fue intervenido por la impecable voz de una cantante que le infundió al recital lo subliminal a la experiencia.
Cerca de las 22:00 hrs., el músico marcó el fin del encuentro pero la petición unánime de más temas obligó al músico a regresar con un pequeño encore y despedirse, por esta ocasión, de Guadalajara, la ciudad que lo ha recibido tantas veces con los brazos abiertos, constante expectativa por sus camaleónicos conceptos, pero siempre con entrega absoluta de principio a fin.
Texto: Karen de Alba González Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»






