Texto: MATÍAS MIRANDA
Bunbury fue, es y será.
Su presentación en Fiestas de Octubre 2016 fue, sencillamente, espectacular. Aunque ya a los tapatíos nos tiene acostumbrados a verlo un par de veces cada año, este concierto fue redondo por doquier, porque desde «Iberia sumergida» y hasta llegar «…Al final», el ex vocalista de Héroes del Silencio puso en su repertorio canciones de todas sus épocas y momentos; bueno, sigue dejando afuera los temas de su debut como solista, Radical Sonora (1997), pero incluso Bunbury quiere tomar cierta distancia de ese trabajo que en su momento sirvió para que le llovieran las críticas más agrestes de toda su carrera.
Un par de horas antes de las 8 de la noche, las puertas de ingreso al área de gradas del Auditorio Benito Juárez se cerraron porque ya no había más lugar ni para el alfiler más pequeño. Sí, 20 mil personas se dieron cita arriba y abajo (en el ruedo) para ser testigos de un directo que quedará en la memoria por altamente efusivo. Imaginen el grito al unísono de 20 mil gargantas. Incluso Bunbury en sus redes sociales lo puso como el mejor concierto que ha dado en toda su carrera en tierras tapatías.
Y es desde la tarde, sus fanáticos fieles coreaban sus éxitos como si fuera una especie de melodía para aguantar las cuatro horas que faltaban para que Bunbury pisara el escenario. Además, ya durante el concierto, Enrique atinó a preguntarle a la masa de miles de cuerdas vocales si estas fiestas se realizaban año con año, y ante la respuesta efusiva afirmativa respondió muy cándido «cuenten con nosotros». Quizá prometió un sueño netamente irreal pero si se llega a concretar, Bunbury tendrá la oportunidad de que año con año junte a miles y los ponga en estado de trance con su legado musical.
Más de dos horas y tras trancazos musicales como «Lady Blue», «La chispa adecuada», «El extranjero» y «Que tengas suertecita», Enrique demostró que sigue gozando de cabal fama incluso entre las generaciones jóvenes. Sí, sus «reversiones» de las canciones de Héroes del Silencio para muchos pecan de excesivas en cuestiones de arreglos musicales pero Bunbury es feliz dándoles otra cara y no quedándose con la que todos ya han escuchado hasta el hastío.
Y Bunbury sigue su propio camino y es uno extremadamente bueno e inmejorable.