Guadalajara es un infierno en la tierra a las 3 de la tarde de un 12 de mayo. Voy al Foro porque se celebra un festival que hará honor a las 4 décadas del movimiento punk en el mundo. 15 bandas de anarcopunk y GBH como plato principal. Sin embargo y a pesar de mis prisas llegué tarde. Apenas entro y la primera banda ya está sonando, Ruin del Edo Mx. Todo había empezado puntual, tanto que para las 6 pm aún se vislumbraba poca gente en el ambiente. Apenas terminó Ruin y los siguientes ya se están preparando: Complejo R de Colombia. Algo que me llama la atención del punk de los colombianos son sus matices de sugar oi y el punk melódico que sale de sus riffs. Una tras otra las canciones se siguen hasta que terminan su set agradeciendo a la poca (hasta ese momento) asistencia.
Es el turno para Cagada de perro del mero Ecatepunk. El cantante dice que la siguiente es Drogadicto. El ritmo es viscoso y pesado cuando de repente explota el tupa tupa a manera de bucle. La voz es un perro rabioso en una noche de luna llena. Entre canciones, el cantante recita pequeños haikus en los que nos introduce en las melodías. Terminan con Guerra en el golfo pérsico; es una monótona melodía, es una mierda caliente que pisas accidentalmente.
Poco a poco la gente comienza a hacer su presencia en el Foro. Se augura una noche tosca y tóxica. Salgo a tomar aire porque ha sido una calurosa tarde de 35 grados. Voy por una cerveza y regreso al escenario que es un verdadero horno en el que los humores comienzan a mezclarse. «Esta banda está bien cura» dice alguien entre el público. Me encuentro con un guitarro/voz que parece sacado de los años 70s. La banda se hace llamar Herejía y tocan la de Apolítico mientras me empino la amarga dizque-cerveza llamada Indio. La última canción es una especie de patética balada que explota más o menos al minuto y medio en forma de, qué más, tupa tupa.
Las bandas se suceden a un ritmo vertiginoso. Una tras otra, no hay descanso. Cada una de ellas media sus canciones entre pequeños discursos contra algo. No es sólo música, es además protesta y rabia. Apenas me siento a tomar un respiro y ya está sonando la siguiente banda, Konflicto y Libertad. Entro con las pilas poco cargadas y el cantante anuncia Historia triste, de Eskorbuto. La mecha comienza a prenderse. O eso me parece, a pesar de que hay poca asistencia para ser un festival o quizá por ser un festival. Un cúmulo de punks le entran al baile. Anuncian su última rola, en la que exigen la muerte de Peña Nieto y otras tantas peticiones anarquistas.
En el patio del Foro se instalaron unos toldos, mesas y sillas para la larga jornada de punk. Hay un puesto de tortas veganas que se me antojan cabrón. Pero ando punk, sin dinero y sediento por el calor. Prefiero otra dizque-cerveza. Afuera se vive un buen ambiente, mucha hermandad y camaradería; punks que se abrazan y se saludan con esa alegría nostálgica tan característica de los reencuentros.
Entro nuevamente al Foro y en el escenario ya está tocando una de las grandes bandas de la escena local, Sedición. La mala suerte es perderme el momento en el que el cantante se echa en plena calva brillante un vaso de cerveza mientras intento ajustar los controles de la cámara. Trato de corregir el error y tomar varías fotos a esa alma poseída que va de aquí para allá en el escenario. Sedición es una de las míticas bandas de hardcore punk de Guadalajara, son esa vieja guardia que tiene toda escena y que defiende celosamente los valores punks (si es que se puede decir algo así). Entre el público hay familias, supongo de los músicos de Sedición, que apoyan sacudiendo la cabeza al compás de los riffs y el tupa de la batería. No es solo música, es también hermandad y familia.
El horno se calienta rápidamente. De nuevo es necesario salir al aire fresco. La tarde comienza a morir y yo estoy sentado, pensando en qué escribir para la reseña. Me preocupa que la batería de mi móvil muera y ya no pueda hacer mis notas y tenga que recordarlo todo unos días después. No pasan ni 5 minutos cuando el tupa tupa resuena en el recinto. Es Muerte En La Industria, o por sus siglas en español M.E.L.I. Otra de las bandas precursoras del punk en México. Me llama la atención su frontman, una especie de enérgico abuelo de barba hipster que seguramente cuando yo apenas comenzaba a caminar, él ya andaba denunciando, con su música, los prejuicios y la ignorancia del país allá en los 80’s. De repente suena el Cristo de la pared y, como si fuera una tarde ventosa de febrero, un remolino de golpes comienza a azotar el ruedo. No son muchos, pero están llenos de rabia contenida. Un grito al unísono hace eco en el Foro: Libertad de expresión, libertad de expresión, mientras M.E.L.I se despide de los asistentes.
Tomó un pequeño respiro y cuando doy vuelta para salir al patio, me topo con un ex alumno al que le di clases en el CETI hace algunos semestres. Me siento extraño compartiendo el momento con un morro 15 años menor que yo, pero es quizá lo contrastante de estas 4 décadas. El espíritu de protesta y de inconformidad nunca muere, trasciende generación tras generación. Mientras platico con él y me intenta convencer de que esto no es ninguna celebración de los 40 años del punk sino otro de los negocios disfrazados del capitalismo, los miembros de Fallas del Sistema extienden una manta en rojinegra que reza ni dios ni amo.
Los mensajes de anarquismo se traducen en canciones en las que se canta contra el opresor, se enaltece el zapatismo, la libertad y otros leitmotivs encaminados a la abolición de cualquier forma de principio de autoridad. Fallas del Sistema da un buen show y el público lo agradece golpeándose en el ruedo en esa danza ritual de muchos nombres: mosh, circle pit, slam, pogo, etc.
Tengo otros 5 minutos para un descanso, pero los talones me duelen por culpa de los tenis rotos que traigo, o quizá por la edad. La verdad es que me tiro a refrescarme y platicar con algunos camaradas mientras suena otra de las 15 bandas del cartel. La tarde ha muerto, no soy el único que prefiere estar en lo fresco en vez de estar en el bailongo. Poco a poco el Foro se mira más ambientado. Las risas, los saludos, los encuentros inesperados se concentran en el patio en esa calma tan característica de los atardeceres de primavera.
De vuelta al show me encuentro con Brigada del Vizio, banda española (aunque anti-española) que tiene tintes de punk y Oi. Me decepciona ver tan poca gente en la pista mientras la banda da todo de sí. La mayoría de los asistentes prefiere estar afuera que reconocer el esfuerzo que está haciendo la banda en el entarimado. Quiero suponer que como la mayoría ya estamos entraditos en años, guardamos energía para GBH. A pesar del poco movimiento, el frontman, un skinhead de casi 2 metros, parece poseído por los ritmos que hacen sus músicos. Se traslada en el escenario de un lado a otro expresando caras de locura. Es una buena banda que yo no conocía, rápida y brutal.
Finalmente, la espera termina. Rápidamente se instalan los instrumentos que tocarán los miembros de GBH. De repente el Foro se mira, si no lleno, sí hasta la mitad. Voy al frente y preparo la cámara. Los británicos comienzan su set de grandes éxitos: No survivors, Self Distruct, Sick Boy, Give me fire, Big woman, Slit Your Own Throat . No alcanzo a reconocer ni recordar todas las canciones.
En la pista vuelan punks. Un puño aquí, una patada allá, energía descargada en gritos y sudor. GBH toca una tras otra casi sin tiempo a recuperar aire. Es una verdadera autodestrucción. En el ambiente comienza a sentirse un olor acre, acedo, echado a perder, penetrante, que recorre cada esquina del foro. El licuado de golpes, patadas y líquidos corporales no para desde que salieron los ingleses. Mientras la juventud se muele a golpes, un señor de pelo cano de unos 50 años graba con el celular el concierto de su vida, cuidando con recelo en su mano izquierda algunos vinilos apenas adquiridos. Es la escena que resume la jornada, 4 décadas de rabia y protesta, 4 décadas de juventud gastada en ideales utópicos, 4 décadas de excesos en todos los sentidos, 4 décadas del movimiento punk en el mundo. Y GBH sigue destruyendo el escenario…