Texto y fotografías incandescentes: DAVID MELÉNDEZ
La corona del whisky recién acaba de regresar a Escocia.
Sí, la marca GlenGrant tiene muchos ánimos de celebrar todo este 2018. ¿La razón? La fastuosa y famosa Biblia del Whiskey que edita el catador Jim Murray, puso por segundo año consecutivo a su 18 años en los tres mejores del mundo, dándole a la región escocesa de Spyside nuevos bríos de vida y dejando en claro la destilaría de GlenGrant está produciendo destilados de malta fermentados que son dignos del Olimpo. De hecho, su color claro es una de sus más exquisitas características, ya que es un signo distintitvo de que jamás se usan colorantes en su producción.
Para fortuna de un grupo selecto de tapatíos, GlenGrant vino a Guadalajara para ofrecer una cena y cata de la mano de Robin Coupar, que funge como Embajador Global de Glen Grant y que pisó ese pequeño anexo al restaurante Il Duomo llamado La Biblioteca, en donde se llevan a cabo eventos exclusivos. Ahí y después de entrar a su lugar para dar su charla acompañado de un ejecutante de gaita escocesa (que resultó ser nada más y nada menos que César Ramírez, secretario y fundador de la Academia Mexicana del Whisky, S.C., mismo que imparte el primer diplomado de whiskies en México con certificación oficial y que, claro, es uno de los mejores interpretes de gaita asturiana y escocesa de México), Coupar habló sobre el proceso de destilación que sigue este exclusivo whisky creado en 1840 por los hermanos John y James Grant en Rothes —en esa zona privilegiada de Escocia que lleva por nombre Spyside— y que involucra alambiques delgados y alargados donde se capturan los vapores más finos.
Durante la velada, se cataron sus marcas que ostentan 10, 12 y 18 años; esta última nombrada Rare Edition y en donde las papilas gustativas pisan praderas de gracia y ensoñación, con esa malta gustosa que explota en variopintas formas al entrar en boca. Para finalizar su charla, Coupar enfatizó a todos los presentes el siguiente axioma que caló hondo en todas las gragantas: «Sigan tomando whisky escocés«. Y fue justamente César Ramírez quien estuvo detrás de la barra para servir tres cócteles distintivos que se sirvieron durante la noche: un llamado «Grant Fashioned» (con angostura, cereza y azucar), un «Rob Roy» (con Cinzano Rosso, angostura y twist de naranja) y un Grant Shine (con Aperol, jarabe natural, piña y menta). Todos, claro está, con la magia líquida de GlenGrant.
Al finalizar la cata, Il Duomo ofreció una exquisita cena que constó de carpaccio de pulpo, su famoso Taglionni Tartufo (que es pasta artesanal hecha en casa, con mantequilla, queso grana padano y ralladura de trufa a la mesa) y para cerrar un Rib Eye añejo servido en una piedra de sal del Himalaya.