Texto: DAVID MELÉNDEZ
La necropsia del criterio musical en Guadalajara siempre tiene resultados de espanto. Salvo enumeradas ocasiones donde la iluminación parece brotar insigne y gallarda con la templanza de los milagros insospechados.
Después de seis largos años, alguien decidió tomarse la breve molestia de hacer, realizar o llevar a cabo un concierto de los australianos King Gizzard & The Lizard Wizard en la otrora Ciudad de las Rosas. Todo, eso sí, gracias a que vienen como parte del cartel del Festival Hipnosis 2018 que tendrá lugar en el Deportivo Lomas Altas de CDMX y en donde también estarán Wizard, Unknown Mortal Orchestra, Wooden Shjips, Allah-las, Build A Vista y San Pedro El Cortés.
Aunque en la Perla Tapatía no se tenga semejante cartel de excelencia, hay que vitorear al unísono semejante sorpresa pero quitándole toda esencia nefelibata, puesto que no es grato que después de trece discos en estudio, una de las bandas más importantes desde hace años en el circuito alternativo llegue de forma tardía a una zona urbana que desde hace años merece tener las mejores propuestas frescas en materia musical. Lo más surrealista del hecho, es que en 2017 lanzaron cinco discos y aquello fue todo un suceso utópico que, claro, no nos tocó vivir en su máximo esplendor. Sólo nos resta preguntarnos cuándo pisarán tierras tapatías las eximias Honeys Hahs o los perentorios The Buttertones. Mientras tanto, se sigue en busca de ese criterio absoluto que cambie el pan musical nuestro de cada día en Guadalajara, donde el adjetivo «mismo» hace fiesta y baile con el exceso apuntando a estribor. Ya saben, mismas bandas, mismos amigos, mismo estancamiento.
En fin, esta banda conformada por siete melenudos y aguerridos músicos, es un túrmix insaciable de locura sonora. Su amalgama es salvaje pero totalmente mansuefacta. Sobre el dintel de su entrada, yacen equidistantes estilos como el surf, el garage de rasposa vertiente y el rock progresivo alejado de astucias a lo King Crimson pero más bien cimentado en el terreno ya cosechado por los teutones Eloy. Y si en su vasta discografía hacen gala de intrincados patrones rítmicos que surgen y se extiguen a diestra y siniestra, en vivo se olvidan de cualquier modurria puesto que explotan sin miramientos, sin freno, sin ataduras. Son salvajes natos que improvisan sobre el esqueleto de sus canciones y las expanden hasta tornarlas truenos sónicos de altiva estridencia. Gracias a lo anterior, han estado viajando por medio mundo y dejando a muchos con el semblante petrificado ante su bombástica presencia sobre los escenarios. Son como ese flujo inmisario, que siempre llega a un espacio mayor. En el pasado Bilbao BBK Live 2018 centraron su furia en Murder of the Universe, uno de esos cinco disco que sacaron en 2017 y que podría decirse que de ese cúmulo, es la placa más idónea para ofrecerla en directo. Aquellos que estuvieron en primera fila en ese prestigioso festival ibérico vivieron un infierno de slam, saltos y desmanes corporales.
La cita es el 9 de octubre en el C3 Stage de Guadalajara y próximamente les daremos todos los detalles del evento.
Y esta noche, exageración más o menos, pinta para destrozar todo lo asimilado.