Texto: DAVID MELÉNDEZ
Fotografía: SALVADOR TABARES
Y la noche fue completa y absolutamente para Bauhaus.
De nueva cuenta, Peter Murphy vino a Guadalajara y subió por segunda ocasión el escenario del Teatro Diana. ¿El pretexto? Revivir junto a David J el primer álbum de su banda madre, el seminal y de rasposa oscuridad In The Flat Field. Han pasado 40 años de su lanzamiento bajo el mítico sello 4AD y cientos de tapatíos constataron que esta obra sonora sigue vigente a pesar de tanto reggaeton, trap y demás elucubraciones modernas de la música.
Sobre el escenario sólo los instrumentos necesarios y detrás, la famosa fotografía de Duane Michals en proporciones gigantescas y que sirvió como portada de su disco debut. El arranque se dio con los nueve temas originales, tocados en orden: de «Doble dare» a «Nerves». Eso sí, interpretados rasposos y puntuales, sin fallas, y teniendo como acompañamiento la presición técnica de músicos Mark “Gemini” Thwaite y Marc Slutsky, músicos que cierran el círculo musical de esta gira. Notable la voz de Murphy que a sus más de 60 años permanece potente e inquebrantable. Después de finalizar el homenaje a su primera placa, la fotografía de Michals se fue y un juego de ases de luz roja coronaron los primeros acordes de la acústica y melodramática «King volcano». Ahí siguieron tres cortes más de espíritu acústico («Kingdom’s coming», «Burning from the inside» y «Silent hedges») para seguir con la envolvente «Bela Lugosi’s dead» y la hipnótica «She’s in parties».
Tras un par de encores, donde en el primero interpretaron un cover de «Severance» de Dead Can Dance, el concierto terminó con la excelente versión que Bauhaus maneja de la canción «Ziggy stardust» de David Bowie. Cabe destacar que Murphy estuvo en todo momento muy cerca del público de la primera fila. No suele acercarse y tomarles la mano pero sí acorta las distancias entre público y escenario. También se le vio «peleando» con aquellas manos que se elevaban al aire con un celular, al discretamente hacerlos a un lado para que el portador dejara de grabar y se centrara en el directo.
Al final, hubo toneladas de sonrisas y carretadas de euforia, porque se nota que Bauhaus es uno de los grupos predilectos de la Vieja Guardia tapatía.