Regresa el cine de suspenso y terror. CANDYMAN es la cinta que renueva la historia, ya que muchos habíamos olvidado la película de 1992 del mismo nombre, a casi 30 años del primer filme regresa a refrescar aquel personaje, donde un hombre que daba dulces a los niños, pero solo es decir su nombre cinco veces frente al espejo para invocarlo y vivir la muerte de cerca.
Aunque este año no se había visto mucho sobre el género, digo, hablo de películas de suspenso y terror con un buen gusto, digamos que esta sí es para que vayan a experimentar el horror psicológico que muchos los atormenta.
Regresando a CANDYMAN 2021, creo que no es necesario que veas la pasada del año 1992 para que entiendas de que trata, pero si ya la viste, hace muchas referencias así como el «viejo» CANDYMAN interpretado por Tony Todd que a 30 años después luce muy bien, la proyección comienza con el «efecto espejo», detalle que podrás entender conforme avanza la historia. La directora Nia DaCosta se ve que se sumergió en los personajes para conocerlos más, es así como logra regresar cuidando mucho los detalles del pasado, los cual hace muy bien la referencia en el presente.
Pero ahora es el turno de Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) quien con su esposa Brianna Cartwright (Teyonah Parris) montan galerías de arte conceptual y al mismo tiempo se inspira en las historia del barrio para hacer su propia obra, es así como comienza a darse a conocer.
Si bien la historia no es tan complicada, pero la secuencia de como se va desarrollando esta muy bien cuidada, totalmente recomendada y más para aquellos que les gusta el terror y sugestionarse, les aseguro que no verán los espejos igual.
Este filme, dirigido por Nia DaCosta, es una relectura del relato de terror The Forbidden escrito por Clive Barker, además de una continuación espiritual del filme de Bernard Rose, Candyman (1992).