*La banda sonorense, se presentó el pasado viernes 03 de marzo en el C3 Stage y superó las expectativas del público tapatío, logrando un icónico show
Las puertas se abrieron a las 19:00 horas, recibiendo a los fanáticos que, ansiosos, corrieron a la barra para pedir una bebida y disfrutar tan esperado espectáculo. Una hora más tarde, Los Otros comenzaron la travesía de lo que sería un evento anormal y simbólico. La banda abridora, deleitó a los presentes con éxitos de grandes artistas, tales como Bobby Pulido, José José e Intocable.
Una hora de covers hizo más amena la espera. Cuando Los Otros se despidieron, la adrenalina podía palparse, el público se amontonaban cerca del escenario, preparando sus celulares para grabar de principio a fin. Había que ser muy hábil para encontrar buena visión del escenario porque las tejanas inundaban las instalaciones; a cualquier lado que voltearas, encontrabas tejanas de todos sabores y colores.
Cuando las luces abandonaron el foro, se leyó en la pantalla «Nunca Jamás», provocando silbidos, gritos y aplausos de una audiencia, que, para ese punto, ya se encontraba desesperada. A las 21:30 horas y después de una breve advertencia sobre el show (no apto para todo el público), Pedro Verdez, Omar Sainz y César Bernal, integrantes de la banda, dieron inicio a la Iglesia del Rock Agropecuario arrancando con «Sin mañana y sin ayer» que adornó su interludio con «La puerta negra», marcando desde el inicio, lo icónico de la agrupación, su juego de ritmos y sonidos.
«Bendito sea este momento para hablar de drogas.. y de todo lo que nos gusta…» compartió Pedro Verdez, dando una pausa al concierto y brindando con el público. El repertorio de la banda se conformó por «Rey ni Dios», «Es un trabajo sucio» y «Un minuto más». Sin duda, no podían faltar las favoritas del público, tales como «La que se fue», «Venimos del desierto», «Demasiado mexicano», «Olvidarte» y «Seis tragos».
Más de una hora y media de espectáculo que se disfruto de principio a fin, en cada bloque, los integrantes de la banda aprovechaban para charlar con su audiencia, bromear y brindar, además, de decir unas cuantas palabras subidas de nivel para conectar con sus fanáticos de manera más intimida, orgullosos de ser sonorenses.
A coro, los presentes gritaban «Olé, olé, olé, olé, Nunca, Jamás…» a todo pulmón. Así fue como finalizaron una noche llena de buena vibra y energía a full, donde todos bailaron, cantaron y brindaron a lado de los tres grandes artistas. Un evento digno de disfrutar.
Texto y fotografía: Andrea Reyes.