*La cantante tapatía presentó 4, su nueva producción discográfica, un viaje acústico por todos sus caminos
Una de las voces más prodigiosas dentro de la escena del rock y la música alternativa en México, es sin duda Sara Valenzuela; la multifacética cantautora, productora y promotora, que sigue reinventándose con cada paso que da. El pasado jueves 20 de junio, la Sala 3 del Conjunto Santander de Artes Escénicas fue testigo del deleite que se llevaron alrededor de cien personas al presenciar el experimento íntimo y melancólico, surgido durante la pandemia en el año 2020, que la cantante jalisciense tenía preparado.
A las 21:10h, el “Lado este” iniciaba el desenchufado encuentro de Sara con sus paisanos, quien firme y al centro del escenario, emitía la bienvenida, contextualizando lo que se venía y dando paso a “Un tigre en mi jardín”, quizá de las más apegadas a su versión original del mítico Fulgor.
Valenzuela explica lo reflexivo y nostálgico que puede llegar a ser un espacio y lo demuestra “En la cocina”, misma que deambula con el blues de la “Ciudad perdida”, un reflejo, de cierta manera, de Ayotzinapa, que está apunto de cumplir una década desde la tragedia.
Es indiscutible el protagonismo y agradecimiento que la intérprete le da a Sergio Madrigal, quien trabaja de la mano con ella y fungió como productor en este nuevo material, para proseguir con la profundidad de “Para qué”, que levanta el ánimo con la fragilidad de “Para continuar”, su balada por excelencia.
El recorrido de Sara es extenso, se le podría considerar una transeúnte musical con un largo trayecto sonoro, y lo demuestra rindiendo flores a su antigua banda, La Dosis, con “Las ruinas de mi corazón”, que luce excelsa por el saxofón de Sara Ventura.
Todo parece apuntar que la velada está por terminar, la cantante da las gracias con “Hoy es todo lo que tengo”, sencillo que viera la luz el año pasado, y que mantiene la misma esencia funk de la versión original, pero esto no se acaba, las sorpresas están por llegar y una de ellas es la rítmica “Caminos”, para quienes pensaban que solo escucharían las versiones de 4.
Sara habla de las despedidas y lo afortunado que se debe sentir uno al tener a una persona en vida, y para hacer más emotivo el momento pide a su hijo Matías integrarse al escenario y buscar la redención con “Nada será igual”, despertando la ovación del concurrido tras escucharlo ejecutar en el teclado por primera vez.
De pronto la vocalista toma una especie de ukelele y desprende unos aires de country al interpretar “Todo es hoy como en tus sueños”, antes de llegar a uno de los momentos más especiales. Entre anécdotas de conciertos y “asados”, Sara habla de la admiración de juventud y la fraternidad que existió con Marciano Cantero, extinto líder y vocalista de Los Enanitos Verdes, y para evidenciar su respeto más sincero regala “Eterna soledad”, el bonus track incluido en la versión física de 4 y que remata a la perfección el álbum.
El recital está por concluir, Valenzuela da las gracias al Conjunto Santander de Artes Escénicas por la iniciativa «Convocatoria expresiones escénicas de Jalisco 2024 música» y el apoyo que se le da a las propuestas locales, para rematar el show con una trilogía de canciones perfectas.
La versión electrónica de “Esta vez”, que hiciera junto a Sussie 4 en el veterano Lado Este, emigró a una versión rítmica acústica sin perder su esencia tropical, pero todo lo que empieza tiene que terminar, Sara invita al cantante y actor inglés Mike Kelson, y juntos declaman la decisiva “Should I stay or should I go”, original de The Clash.
Al fin, después de una agasajante entrega, Valenzuela presenta uno a uno a los trece músicos que le acompañan, mismos que maniobran perfectamente cada uno de sus instrumentos, iniciando por el Sr. González en la percusión; Humberto saucedo en la batería; Chris Jiménez en el teclado y la melódica; Vic Romero en el bajo y contrabajo; Tlemilco Lozano (La Dosis) en la guitarra; desde París Anne Millioud–Gouverneur en el violín y los coros; Ulises López en el Chelo; Sara Ventura en el Saxofón; Tzintzuni Varela en los coros y Serio Madrigal (Sao LunaMonn) en la guitarra, así como a los invitados especiales Matías en el teclado, Mike Kelson en la voz y Frankie Mares (Troker) en la batería, no sin antes dejar de agradecer a Cuervo González y Fanny López por su invaluable apoyo en esta mágico encuentro.
Texto: Eduardo Roel Fotos: Diego Rodríguez