*El rockero argentino revivió cuatro décadas de éxitos en el Teatro Diana, transportando a miles de fanáticos a los años 80 y dejándolos sin aliento
Miguel Mateos volvió a Guadalajara para encender la nostalgia de una generación entera, la noche del viernes 15 de noviembre. En un concierto que celebró 40 años de carrera, el cantautor argentino demostró que su música sigue conmoviendo y uniendo a miles de corazones.
Desde el primer segundo del show, que comenzó con un repaso de fotografías a lo largo de la carrera del artista con un fondo sonoro, el público del Teatro Diana se entregó por completo al músico; la audiencia, compuesta, en su mayoría por quienes vivieron el auge de su carrera, no tardó en hacer sonar cada tema, transformando la noche en un intercambio constante de energía. Canciones como «Mi sombra en la pared» y «Llámame, si me necesitas» fueron coreadas a todo pulmón, creando una atmósfera eléctrica que se mantuvo durante toda la noche. Mateos, con su energía inagotable, invitaba constantemente a la audiencia a cantar, a bailar y a vivir cada momento al máximo, demostrando su dominio en el escenario.
Se vivió una noche compartida, donde Mateos extendía el micrófono hacia sus fans para que tomarán dominio en la interpretación vocal de sus temas. «Si tuviéramos alas», «No me dejes caer» o «Y sin pensar», fueron otras de las interpretaciones que aparecieron. Un momento especial llegó con «Donde arde la ciudad», en el que la gente no se contuvo y se puso de pie para bailar al ritmo contagioso de la canción. Antes de interpretarla, el argentino bromeó sobre haberle «robado» una novia y algunos pasos de baile a Maluma, generando risas y aplausos, tras mostrarlos.
Otro gesto amable del cantante es como incorporaba frases o el nombre de la ciudad entre sus letras a modo de agradecimiento por el gran recibimiento, además de estar atento a lo que gritaban y solicitaban sus seguidores. Visuales imponentes acompañaron la noche, proyectando imágenes alusivas a cada canción, otorgando más fuerza a estos.
El desfile de éxitos continuaba, «Desnúdame», «Es tan fácil romper un corazón», «Atado a un sentimiento» y «Obsesión» también se incorporaron a la memorabilia del momento. Con esté último, se despidió de la noche, dando pauta a un coro ensordecedor de «¡Oe, Oe, Oe; Miguel, Miguel!» con el cual el interpreté volvió para regalar un par de temas adicionales.
Siendo el tan representativo, «Lola», parte de este regalo, convirtiéndose en de las canciones más emotivas del repertorio, donde Mateos compartió cómo le llena de emoción cantarla porque está basada en una historia real y aprovechó la oportunidad para hacer un llamado en contra del abuso infantil.
Por último, dejó al Teatro Diana «en llamas» cuando apareció el clásico «Cuando seas grande», un himno generacional que cerró el concierto con broche de oro.
Texto: Roy Arce Fotos: Samy Ruvalcaba