Por David Navarro:
Hace un par años, cuando se comenzaba a hablar de la secuela de X-Men Orígenes: Wolverine, el equipo creador decidió tirar la casa por la ventana y propuso reivindicar todos y cada uno de los errores que tuvo ese primer film. Se contrató a un muy reconocido director (Darren Aronofsky, quien dejó el proyecto durante la pre-producción), y a un gran guionista (Christopher McQuarry, de Sospechosos Comunes) y tomaron como base la saga de Wolverine en Japón, escrita por Frank Miller en los 80s. Todo esto con un sólo propósito, lograr por fin la mejor película de Wolverine jamás hecha, una que le hiciera justicia al personaje, así como al talento de Hugh Jackman y sobretodo a los admiradores que han esperado una historia más madura y profunda que por fin le haga justicia a este personaje. Ahora este fin de semana, el viernes 26 de julio, se estrena a por fin a nivel mundial Wolverine: Inmortal, película que desafortunadamente se queda muy corta de lograr aquello que mencionó.
La historia toma lugar después de la tercera película de los X-Men, y nos muestra a un Wolverine totalmente aislado de la civilización, todavía tratando de asimilar los eventos del filme anterior, hasta que una joven de Japón lo localiza con la intención de que se reencuentre con hombre a quien salvó la vida muchos años atrás. El resultado es una cinta genérica que presenta una historia que parece mas telenovela japonesa con Wolverine incorporado a la fuerza, apoyada por una una estética muy mesurada y secuencias de acción planas y repetitivas, (con excepción la pelea en el tren bala), ademas de un romance predecible y sin fundamentos que sirve como pretexto para hacer que este personaje en acción, pero sin lograr una evolución realista del personaje, limitándolo a los mismos arcos y conflictos ya mencionados en cintas anteriores.
Ya en el último acto, como que se acuerdan que es una película de verano, y el filme toma un cambio de tono muy grande, de repente vemos villanos de caricatura que son malos porque si, una estética mucho mas caricaturesca, y elementos de ciencia ficción que no concuerdan con la atmósfera mesurada y semi-realista que tiene la primer parte de la cinta.
Sin bien estos párrafos hacen pensar que la película no vale la pena, la verdad es que también tiene elementos rescatables, en primer lugar siendo esta una película de comics es fundamentalmente divertida y se mueve a un buen ritmo, la actuación de Hugh Jackman como Wolverine es a estas alturas es instintiva para el actor, prácticamente es Wolverine, además de que casi la totalidad del reparto esta integrado por actores japoneses (en lugar de contratar actores estadounidenses que se vean medio asiáticos) y cuenta con una gran escena post créditos así que espérense y no se salgan luego luego de la sala. La banda sonora la pueden escuchar y juzgar ustedes mismos en este enlace. En conclusión Wolverine Inmortal es una película para pasar el rato, sin embargo, esta tan preocupada por no repetir los errores de la anterior cinta, que al hacerlo comete nuevos errores que evitan que cumpla con su cometido original: hacer la mejor cinta de Wolverine.



