Por Ramsés Arreola
Por fin llega a las salas la súper producción de Darren Aronofsky, Noé (Noah) la cual viene a traer de vuelta esas grandes épicas bíblicas de Dino de Laurentis de los años cincuentas, reimaginando por supuesto la historia del diluvio con algunos toques y mensajes que pueden ser aplicados en estos tiempos incluso. El filme es protagonizado por Rusell Crowe (Gladiador, 3:10 to Yuma) que da vida a Noé, el último de la estirpe de Seth, el tercer hijo de Adán y Eva al que el creador le envía visiones de cómo el mundo será purificado para acabar con la maldad que ha esparcido la estirpe de Caín.
Aronofsky es conocido por sus increíbles películas como El Cisne Negro, Pi y El Luchador entre otras, también es bien sabido que si los proyectos no se hacen bajo sus términos, estos terminan abandonados, tal fue el caso de Robocop o el cambio de dirección en Warner Bros. para el reboot de Batman debido a que este era demasiado sombrío y ultraviolento.Esto ultimo hace que sus proyectos sean directamente su responsabilidad, buenos o malos y en esta entrega, se encuentra una súper producción que va directo a reinterpretar una historia tan vieja como la civilización con matices interesantes al usar personajes como los vigilantes o incluso el lenguaje intrínseco de los sucesos que conllevan al diluvio e incluso la analogía manejada entre las acciones de los consanguíneos de Caín y los sucesos que atañen nuestro planeta el día de hoy.
Un elenco francamente estelar que incluye a Anthony Hopkins (El Silencio de los Inocentes) que interpreta a Matusalén, Jennifer Conelly (Laberinto, Hulk), que interpreta a Naameh, Ray Winstone (Beowulf, La invención de Hugo), Emma Watson (Harry Potter, Este es el fin) como Ila, entre otros. Los visuales, la música y la cadencia de la historia a contar se complementan de una manera inteligente y toman forma de una manera que te atrapa sin necesidad de vulgarizar con excesos cada escena, muy buena película que se recomienda para incluso poner en perspectiva las diferentes adaptaciones de la historia y su riqueza en lenguaje visual.

