El Hombre de la Mancha

Miguel de Cervantes Saavedra es encarcelado por la Inquisición acusado de herejía. En la cárcel de Sevilla, mientras espera el juicio oficial, comparece ante un tribunal irregular formado por sus propios compañeros de presidio, que desean confiscarle sus exiguas pertenencias. Una de éstas es el manuscrito incompleto de una novela muy preciada para él. Cervantes, tratando de salvarla, ofrece su defensa en forma de una colorida y resplandeciente representación, que cuenta las aventuras de Alonso Quijano, un hombre enloquecido por leer novelas de caballería, y que se cree Don Quijote de la Mancha. Este atípico tribunal accede, y ante sus ojos, convenientemente maquillados y vestidos, Cervantes y su fiel criado se transforman en Don Quijote y Sancho Panza, procediendo a interpretar la historia con la participación de los prisioneros y otros colaboradores voluntarios.