AveParadiso fue la encargada de abrir el concierto y dejar su marca en el público jalisciense que desde las primeras canciones entraron en el aura tranquila que emanaba la banda con sus baterías contundentes y ritmos bailables. A pesar de tener sólo un año de trayectoria el proyecto se escuchó bastante consolidado, pero existieron ciertas aristas por puntualizar, ya que el dueto contó con secuencias sonoras dentro de sus composiciones que dejaron un poco de «vacío» en la música.
Dolphant secundó la noche al hacer notorio todo el público que ya tiene ganado en la Perla Tapatía, pues muchos de los presentes ya los esperaban a pesar de no ser la banda estelar de la noche. Por consiguiente, mostraron una propuesta fresca y muy sensorial en la que todos los integrantes fueron una parte fundamental de la banda. A destacar el protagonismo del bajo, que nos regaló algunos adornos fuera de lo cotidiano.
Con efectos visuales estridentes y un buen show por parte de toda la banda, Phantogram atrapó de a poco al público presente que no dejó de corear todas sus canciones con potentes bases. Sarah Barthel tampoco paró de agradecer a los asistentes su constante respuesta y cedió el micrófono en «Fall in love», al pasear de un lado a otro del escenario mientras disfrutaba de las voces tapatías al unísono.
Las guitarras de Josh Carter con algunos efectos de su pedalboard —más el juego de luces sobre el escenario— cerraron con apostura la neblina hipnotizante que se levantó sobre el recinto. «When I’m small« fue la canción elegida para terminar la noche y dejar a la gente completamente extasiada. La banda neoyorquina regresó minutos después a petición de la audiencia para tocar sólo tres canciones más, entre las que se encontró la icónica «You don’t get me high anymore«.
Fotografías: Carlos Rojo.
Texto: René Morales.