Texto: DAVID MELÉNDEZ
Fotografía: SALVADOR TABARES
Dentro de una burbuja de reflejos verdes y glaucos, la frescura adquiere notas inolvidables.
Perrier, la legendaria marca gala de agua mineral, llego por primera vez a Guadalajara con su Le Weekend Perrier, que del 28 al 30 de septiembre tomó por asalto la calle Sao Paulo, la plaza comercial Punto Sao Paulo y algunos restaurantes que dentro de ese perímetro se encuentran ubicados. Dicho fin de semana ofreció a los tapatíos una de esas experiencias magistrales, que fue una plataforma de arte, cultura, gastronomía, música y mixología en toda la extensión inmensa de la palabra. Claro, todo cortesía de Perrier que llenó todas las gargantas y psique de los asistentes con sus refrescantes burbujas.
Para empezar, la calle empedrada de Sao Paulo lució excelsa, gracias a los distintos adornos que Perrier colocó para deleite de los pequeñines y adultos. De entrada, hubo dos máquinas de hacer burbujas, mismas que brotaban a mansalva sobre las cabezas de los visitantes y que los niños perseguieron como si se tratara del mayor de los tesoros perdidos de la humanidad. Para complementar esta experiencia, hubo una pared de burbujas (siendo las susodichas ‘burbujas’ cientos de verduzcos globos) que a lo largo de sus quince metros de longitud, fue el escenario perfecto para que todos se tomaran la foto o la selfie oficial, para enseguida compartirla en las redes sociales bajo el hashtag #LeWeekendPerrier.
Misma suerte corrió como hotspot fotográfico el Columpio Perrier, que gracias a su forma inspirada en su botella, lo hacía perfecto para tomarse una foto muy coqueta y en dónde se reflejaba el freshness y coolness de Perrier. Pero las emociones no pararon ahí, ya que a lo largo de la tarde hubo música cortesía de Pneumus y Nefelinatos, y hubo botellines de Perrier para todo aquel que estuviera dentro del perímetro de la fiesta de burbujas y así lo requiriera.
Mas el plato fuerte de las actividades de este refrescante fin de semana, tuvo lugar el sabado 29 de septiembre, ya que se unieron tres experiencias en tres distintos lugares, para que los participantes conocieran el amplio abanico de formas en que Perrier puede ponerle sabor y esencia a la existencia. Primero, la cita fue en Jardín Cafeto, donde tuvo lugar la experiencia Perrier & Sweets. Ahí, después de una breves palabra de agradecimiento por parte de Ricardo Ibarra (Brand Manager de Perrier), se unió el dulce encanto de los macarrones (ese tipo de galleta tradicional francesa hecha a base de huevo y almendras) con la magia líquida de Perrier. Ahí y de la mano del sommelier Édgar González, los presentes se adentraron un poco al mundo de reconocer la diferencia entre el agua con gas y la mineral, así como aprender a degustar las bondades en boca de Perrier. Después, se habló también un poco sobre los macarrones y la manera correcta en que deben prepararse para que casi se derritan al momento de paladearlos. Acto seguido, se procedió a probar macarrones de menta, canela y avellana. Eso sí, entre mordida y mordida con la agradable compañía de Perrier. Al finalizar la actividad, Jardín Cafeto ofreció pizzas margaritas, jamón serrano, calamares y aros de cebolla fritos, así como crujientes papas a la francesa.
Después, prosiguió la experiencia Ink & Drink Perrier en el restaurante Mui Mui, donde aparte de unos encantadores cócteles de frutos rojos y ginebra (sin faltar su debido chorro de Perrier) que se ofrecieron para mitigar la sed, se pudo vivir la experiencia de personalizar y crear una totte bag con los diseños alusivos e inspirados en la marca cortesía del artista Bolla Hiriart, mismo que estuvo acompañado por el colectivo de artistas plásticos llamado Incubadora. Aquí, Mui Mui puso sobre la mesa para picar sus clásicos espárragos, croquetas de jaiba y gyozas.
Para finalizar, llegó la experiencia Signature French Drinks en Bar Marsella, con la santa mixología de Jerzy Raday, que incitó a preparar dos cócteles: primero, uno sin alcohol, que fue una especie de mojito refrescante y, segundo, uno con mezcal y jugo de piña y toronja. Ambos, cabe destacar, finalizados con el bubujeante toque de Perrier y refrescantes hasta el paroxismo. Lo destacable en este punto final fue que los presentes hicieron ellos mismos estos dos cócteles, ya que se les regaló a cada uno un kit de coctelería de la marca Perrier para que tuvieran las herramientas necesarias para ser un barman profesional por espacio de unos minutos.
Atentos a los próximos eventos que el universo de Perrier tenga en Guadalajara, porque este #LeWeekendPerrier fue toda una experiencia extraordinaria y que, esperemos, llegue puntual a la Perla Tapatía el próximo año.