Saúl Hernández convocó a apoyar a las bandas emergentes, incitó a la lectura, y pide un alto a la inseguridad y a los asesinatos de periodistas en nuestro país
Iban a dar las 20:30 horas cuando Diego Herrera arribó al escenario y empezó a ejecutar sus atmósferas clásicas introduciéndonos a “Los dioses ocultos”, himno que daba inicio al ritual que regresaba a los Caifanes a tierras tapatías. Saúl Hernández, Alfonso André, Marco Rentería y Rodrigo Baills, completaban el quinteto que nos llevaría de viaje por las siguientes dos horas.
“Nubes” y “Para que nos digas que no pienso en ti”, clásicos de El Silencio, su tercera placa discográfica, y quizá la más icónica, pusieron al recinto completo de pie, para que Saúl, vocalista y guitarrista fundador, agradeciera y mandara un mensaje a las bandas emergentes, pidiendo que se les dé apoyo, y así dedicarles “Amanece”.
“Miedo”, una manera de demostrar amor, emulaba en las pantallas un bagaje de afecto en distintas maneras, antes de llegar al momento más esperado por los aliados; Saúl invita a leer y a dejar el celular, haciendo énfasis, en esta era virtual que nos mantiene atrapados en los dispositivos móviles, para entonar “Solo eres tú”, su último sencillo recién estrenado unos días antes del encuentro con los jaliscienses.
“Sombras en tiempos perdidos”, es de los lados b que cualquier aliado quiere escuchar, remite a la historia, y a canciones que son emblemas generacionales, esos que han perdurado, y que se han quedado intactos en el colectivo Caifán. Desde hace un tiempo los Jaguares han renacido, “Detrás de los cerros”, primer sencillo emitido en 1996, es la pieza fundamental para recordarlos. “Heridos” suena por segunda vez en este auditorio, primera canción, que grabaran desde 1994 y que se estrenó en su pasada visita en el Telmex. “Ayer me dijo un ave”, regresa a la calma y a la reflexión, poniendo fin a la primera parte del show.
“Canción sin miedo”, tema de Vivir Quintana, suena y se proyecta en las pantallas, mostrando solidaridad y gritando por la inseguridad en México, pidiendo alto a los feminicidios y mayor seguridad para las mujeres. “Mariquita” regresa a los Caifanes a la tarima, y después un “Viento” hace que el tiempo se detenga, manteniendo a la raza presa del momento. “Cuéntame tu vida”, presentaba imágenes de sus primeros tiempos, típico de Saúl llevándose las uñas al inhalar. “Te lo pido por favor”, segundo tema interpretado de Jaguares, resucitó al Divo de Juárez homenajeándolo en fotografías. “Mátenme porque me muero” hace tensión desde su inicio y se mantiene hasta el final. “Entre tus jardines” regresa al cántico Jaguar, mezclando el repertorio y renovando lo que se venía presentando en visitas pasadas. “Afuera” desde hace un tiempo suena diferente, más cruda, radical y potente. “Aquí no es así” pone en dinámica al coro final, Saúl vs tribu, canción por el orgullo de ser mexicanos; y, si hay un himno que puede ser perfecto para despedir a Caifanes es “Nos vamos juntos”, una mezcla de amor y odio, dolor y esperanza, la cual nos pone en pausa, desgarrando a un Auditorio Telmex abarrotado y sediento de más poemas malditos.
Hernández pide respeto y justicia por los asesinatos de periodistas en nuestro país y lanzan “Antes de que nos olviden”, haciendo estallar a los asistentes en una sola voz. “No dejes que” y “La célula que explota, ya no son de Caifanes, son de la gente, difícil que puedan faltar en un algún recital de la banda, pero todo lo que inicia tiene que acabar, y “La Negra Tomasa” es la elegida para cerrar, mostrando la lealtad de la raza con la banda más importante de todos los tiempos en nuestro país, la banda que grita por nosotros y que sigue vigente, perdurando, sumando y reforzándose a través de los años.
Por Eduardo Roel.
Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»