*Con Ckovi como invitada para abrir la noche, Ana Tijoux trajó su proyecto de música y reflexión amalgamada con la energía del público entregado al C3 Stage como parte de su Vida tour 2025, mostrando por qué continúa firme tras más de 27 años de carrera
La noche del viernes 9 de mayo, el C3 Stage recibió a la artista chilena Ana Tijoux, en un encuentro que formó parte de su Vida tour 2025, trayendo consigo su más reciente LP, Vida, lanzado a inicios de 2024, sin olvidar su reciente EP, Serpiente de madera.
Todo comenzó poco después de las 20:00 horas con la presencia en el escenario de la polifacética Ckovi, quien desplegó, en cerca de media hora, su singular propuesta de hip-hop, boombap, R&B y poesía asonante, presentando su segundo disco, SAGA, por primera vez en la ciudad. Su actuación cautivó con su derroche de talento y sensualidad, integrando danza y movimientos que recordaron su estudio de las artes marciales. Se escucharon cortes como «Almadura», «Veneno», Vibin on my mind», dedicada al amor en sus diversas facetas, y «Surrealismo». También brindó un homenaje a Mac Miller con la interpretación de «BAD1AM». La artista invitó a la gente a soltarse, a liberarse del estrés y a no tener miedo de expresarse al notar cierta tensión inicial en los asistentes. Su show, cargado de energía y un toque actoral, dejó satisfechos a los testigos de su presentación, entre los cuales hubo muchos que acudieron sólo por ella.
Posteriormente, Ana Tijoux apareció en escena ante sus fans más entregados, dando un caluroso recibimiento y mostrando ser fieles conocedores de su obra, coreando y bailando sin medidas en el espacio que tenían a su alrededor.
La demostración sonora abarcó distintas etapas de su carrera en «bloques» dentro del setlist. La elevada energía fue una constante de principio a fin con temas como «Millonaria», «Niñx» y «Cora» o «Tania» y «Tu Sae». Hubo un momento para recordar los inicios con «La rosa de los vientos», uno de los himnos que tejió en su etapa con Makiza. La voz se alzó con fuerza en «Sacar la voz» y «Mi verdad». No faltaron los esperados «1977» y «Shock», que el público recibió con euforia. El material más reciente del disco, Vida, tuvo su espacio con temas como el homónimo», «Sube» y «A veces». Hacia la parte final del concierto desfilaron «Vengo», el himno «Antipatriarca», «Óyeme», para luego, tras una breve salida, regresar con «Dime que», «Antifa dance» y cerrar la noche con la contundente «Somos sur».
Entre temas, la cantautora compartió reflexiones. Expresó su cariño por México y Guadalajara, mencionando el nombre de la ciudad varias veces como parte de las letras de las canciones. Abordó sin tapujos el carácter político de su música, ya que creció en una familia comprometida con ello que le enseñó que el silencio también es una forma de complicidad, señalando que «no hay nada más violento que ser apolítico«, una postura que considera cómplice de lo que está mal, poniendo como ejemplo a Suiza; habiendo crecido dentro de un país que sufrió grandes golpes por ello. Habló sobre el concepto de «Vida», explicando su intrínseca conexión con la muerte, ese ciclo natural que se debe reconocer y abrazar, un tema que resuena especialmente en la cultura mexicana donde la muerte es parte de su identidad. También hizo un llamado a todos para valorar y no olvidar sus raíces, la cultura, y los propios rasgos físicos, el color de piel y de cabello.
La noche terminó sin promesas, pero con certezas: lo político no es sólo discurso, es ritmo, cuerpo y convicción; un espacio que reflejó la trayectoria de una artista que utiliza su voz como herramienta de conciencia y conexión, dejando claro que su arte no sólo entretiene, cuestiona. Además que la entrega del público, evidenció la solidez de su base de fans y la potencia de un mensaje que invita a la reflexión y a la celebración de la identidad.
Texto: Roy Arce Foto: Luis Gómez Sandi «Lags»