El pasado jueves se dio cita una gran cantidad de personas que vestían playeras negras con distintos álbumes de Disidente estampados en ellas, no sólo era una celebración del rock en la ciudad, también era la última fecha que daría la banda tapatía junto a Johnny Nasty Boots, originarios de la CDMX, en el Circuito Indio.
De manera muy puntual se escuchó a través del PA una secuencia de bajo que poco a poco fue tomando cuerpo y que secundó el bombo contundente que marcaría el ritmo de la noche en el C3 Rooftop. Como si no tuvieran prisa, entraron los dos integrantes frontales de Johnny Nasty Boots para comenzar el show.
Dejaron una huella muy marcada en el escenario gracias su lucha contra el público tapatío, que de manera característica se negaba a contribuir con el buen show que ofrecían los centrales, al final ganaron la batalla con algunos jams muy muy prolongados, mucho feedback y en ratos, voces muy cargadas de delay. Al final, tenían una multitud con los celulares en el aire pidiendo por más, a lo que la banda respondió generosa con un shuffle blues lleno de feeling y sólos al estilo de Jack White con su propio tinte adherido.
Después de algunos minutos de espera, en los que la gente se acercaba cuanto podía al escenario y el foro estaba notablemente más lleno, se escuchó la característica secuencia de entrada con la que Disidente abre todos y cada uno de sus conciertos, con cuernos en el aire y muchos gritos de emoción la audiencia recibió al cuarteto, sabían que estaba a punto de comenzar un show inolvidable.
A la segunda canción ya tenían a casi todo el foro saltando a tal grado de hacer que temblara el suelo y tener a una parte del público dando vueltas con Soy Feliz. Después de algunas canciones, un intro melancólico hizo que la gente se entonara para corear de principio a fin Ayer, con celulares en el aire mandando audios, transmitiendo en vivo o grabando para la posteridad.
Sin necesidad de presentar nada, Medieval se dejaba escuchar a través de los altavoces y la audiencia respondía bien para ser el material nuevo de la banda. Era obvio que habrían algunas canciones de éste EP, Universo, durante la noche, marcando notoriamente una madurez y evolución en el sonido de la banda que resulta ser muy agradable de escuchar.
A pesar de haber transcurrido ya un rato, las sorpresas llegaron al subirse Jobo Panteras y Wezeer de los Garigoles para tocar y jammear con Antorcha y Sobre Mi Tumba. El final se acercaba con Bulldozer, sintiéndose como un tren a toda velocidad sin pretensión de parar, el cual ocasionaba que la gente se arremolinara en círculos y recibiera la última canción que le pondría la cereza al pastel.
Al llamado de Álex, Johnny y su bajista subieron al escenario para comenzar una Escala De Violencia que se prolongaría, sin exagerar, por 15 minutos en los cuales el frontman dejó el escenario para caminar sobre las manos de la multitud que estaba excitada con la propuesta. El staff, vuelto loco por salvaguardar al vocalista que disfrutaba de sentir el calor de las manos.
Para cerrar el show, la gente pidió que los tapatíos tocaran Decidir y también se alargó más de lo normal, en las palabras del vocal, todo fue por el buen recibimiento que tuvieron. En resumen, los jaliscienses ofrecieron una hora y media de show, 15 canciones, un pequeño tributo a AC/DC, dos invitaciones a músicos extras, mínimo tres prolongadas improvisaciones y la gente no dejaba de pedir más. La noche fue larga…
Fotografía: Jenny Montoya.
Texto: René Morales.