Texto: DAVID MELÉNDEZ
Fotografía: DIEGO RODRÍGUEZ
Y que los reencuentros siempre sean constantes.
Con Gustavo Cordera, ex vocalista y líder de Bersuit Vergarabat, se dio un reencuentro con sus fanáticos tapatíos de talante eufórico. Incluso, mucho antes de que abrieran las puertas del Anexo Independencia, había una larga fila que coreaba con impetú lacerante las canciones de su banda madre, así como las nuevas que ya ha logrado colar en el gusto del público en su etapa como solista al lado de su nueva troupe sonora, La Caravana Mágica.
Así que la emoción fue el principal ingrediente de una velada musical llena de altibajos (en cuestiones técnicas), gritos bombásticos, bailes irredentos, sudor imparable, canciones, que más que canciones para ser coreadas a mansalva, lo fueron a manera de himnos patrióticos y éxtasis absolutos.
La raíces del concierto de Cordera fueron 20 canciones, dónde coló cinco de su etapa con la Bersuit y hasta se dio el lujo de improvisar una canción basada en su nombre, mientras el público lo coreaba al unísono. Y ese tema ad libitum fue la mejor muestra de que Cordera tiene excelentes recuerdos de Guadalajara.
Basta con el hecho de que en una parte del directo, recordara aquellas fechas legendarias en el extinto Hard Rock Live que tuvo con la Bersuit a finales de los años 90’s. También recordó a varios boxeadores mexicanos (como Chávez, ‘Pipino’ Cuevas y El Canelo) en otra parte de la noche, en clara alusión al pugilismo concel título de su más reciente placa Entre Las Cuerdas (2018), donde expía sus culpas y errores, tras esos elegatos públicos dónde incitó a la violencia hacia las mujeres y por la cuales recibió una imputación por incitación pública a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones. Por ende, vimos a un Cordero más sosegado y menos hiriente al tomar el micrófono y exponer sus pensamientos. Aunque hubo problemas con el audio de vez en cuando (amplificadores viciados y cosas por el estilo), Cordero en todo momento fue un profesional y mantuvo la calma para no quitarle fuerza a su directo.
Por ende, el concierto fue claro y directo, pero a su vez contenido. Lo anterior se entiende por el duro rechazó social que sufrió Cordero, asi que que ahora centra sus esfuerzos en presentar las canciones y darlas tal cual son y fueron concebidas. Claro, el público jamás dejó de cantar todas sus canciones y bailar las más rítmicas, como «La bomba loca» y «Asalto de cumbia». Como era de esperarse los temas de Bersuit fueron una bomba. «La bolsa», «Un pacto» (que cerró el concierto subiendo a alguien del público para ayudarle a cantar la canción) y «El tiempo no para», se recibieron con algarabía brutal.
Al final, todos los asistentes salieron contentos y rebosantes de felicidad. Ni la lluvia, ni la deshora de la noche ni el el cansancio, hicieron merma en la euforia que contagió Gustavo Cordera y La Caravana Mágica a cientos de tapatíos y tapatíos que se hincaron en la misa sonora de este argentino que ha confeccionado canciones para nunca dejar de entonarlas.