Texto: DAVID MELÉNDEZ
Una vez más y desde hace cinco años, el festival Coordenada (ahora renombrado como Tecate Coordenada) ha unido miles de personas en torno a un ideal de música variopinta, de todos los géneros y sabores. Y en un lapso de 48 horas y sobre cuatro escenarios distintos, otras miles de alegrías y euforias brotaron por doquier.
Sí, hubo lluvia (sobretodo en la segunda jornada) pero no una que cancelara presentaciones. Sí, hubo largas filas (igual, en la segunda jornada), pero esas que se sobrellevaron sin más allá que el enojo momentáneo. Y sí, hubo más afluencia para ciertos músicos y proyectos (de nueva cuenta, durante la segunda jornada), pero también se constató que hay algunos nombres que en Guadalajara tienen un arraigo bárbaro, así hayan tenido mejor fama y presencia mediática en años anteriores. Porque si existe algo inequívocamente ‘tapatío’, es aquello de que al que se le quiere, se le querrá hoy y siempre. Así que OCESA puede sentirse satisfecha de haber llevado en orden y en paz una edición 2018 que se vivió más organizada y con mejor acomodo de los espacios comunes y escenarios, ya que los dos principales no estaban uno al lado del otro sino en extremos opuestos, algo que hizo que las asistentes no se quedaran en una sola zona y así todos los derroteros internos estuvieran fluidos y caminables.
Grato fue toparse con proyectos de estreno en Guadalajara como Mercela Viejo (ex Quiero Club), que ofreció parte de sus canciones de su debut Pequeñas Profecias y que sorprendió a muchos por los nuevos rumbos sonoros que ha tomado, más introspectivos, sombríos y hasta melancólicos. Por su lado, la primera vez de la banda argentina de sleaze rock Airbag, también fue recibida con reacciones positivas, al igual que el electropop del dueto estadounidense Marian Hill que dejó buen sabor de boca, y el debut de los hermanos Durán (ex Bunkers) que como Lanza Internacional ya escriben una nueva historia en su carrera. Para finalizar, los metales de Jet Jaguar demostraron una potencia descomunal y excelentes tablas sobre el escenario.
Por otro lado se comprobó que Vicentico y Enrique Bunbury gozan de pasión pura por parte de sus seguidores. Cada minuto de su presentación fue seguido con deber religioso. Bastó ver las caras como en trance hipnótico de todo aquel que cantó sus canciones. Aunque el ex vocalista de Los Fabulosos Cadillacs fue más discreto en su forma de interactuar con el público, el ex vocalista de Héroes del Silencio no paró de hablar entre canción y canción con quien le escuchaba. En cambio, los del grito desbocado y querido a más no poder fueron Fobia (que nos visitó con su formación original), Panteón Rococó que siguen haciendo bailar a todos, Zoé que prosigue con su empuje total, Jumbo (con leves problemas técnicos al inicio de su set), DLD (con renovadas energías y que próximamente presentará nuevo disco el próximo mes de diciembre) y Miranda! con su pegajoso pop que iluminó la noche.
A su vez, proyectos como Love Of Lesbian y Él Mató a un Policía Motorizado, fueron recibidos con enorme alegría, al igual que Aterciopelados y LNG-SHT, este último siendo uno de los raperos urbanos más importantes ya de México, y qué es festejado por propios y extraños.
Proyectos bailables y rítmicos como Lost Acapulco (ataviados en sus características máscaras de luchadores), Los De Abajo y Dr. Krápula, le pusieron color a ambas jornadas, mientras que Cuca y Siddhartha comprobaron que aunque estén en casa, son recibidos con todas las de la ley. Mas los que se llevaron este Tecate Coordenada, a nuestro parecer fueron St. Vincent (con esa enorme capacidad musical y visual para atrapar a todos los que vieron y escucharon su show), Kase. O (ese rapero español que viera la luz con los Violadores del Verso y que es considerado el mejor de la Península Ibérica), Django Django (esa banda inglesa de rock con tintes electrónicos hipnóticos que sorprendieron con sus bombásticas canciones en directo), la propuesta argentina de heavy metal para niños y adultos llamada Heavysaurios, que con sus integrantes vestido con botargas de dinosaurio y unas canciones de precisas canciones metaleras, se llevaron la tarde en el escenario AT&T, The Offspring (que hizo que miles rememoraran todos himnos de punk rock con pega que siguen sin pasar de moda), Residente y su discurso político incisivo y musicalizado con mucho ritmo y, claro, la leyenda del rap chicano Cypress Hill, que fue el cierre perfecto.
Al final, todos felices y contentos. Algunos, mojados con lluvia y alegría. Otros, cansados por haber llegado desde poco antes de las 15:00 horas de ambos días y haberse divertido hasta que el cuerpo ya no pudo. La edición 2018 de este festival cumplió con creces todo lo que ofreció y pactó. Cómo siempre, ya todos empiezan a imaginar su probable cartel para el siguiente año. Veremos que nos depara, en materia sonora el futuro…
Agradecemos al Nine Fiction Crew con sus fotografías:
Isacc Anaya
Alejandro Guerrero
Roberto Mora