¿Por dónde empezar cuando ya tienes 71 años de vida y 50 años de carrera musical? Desde luego que hay mucha tela de donde cortar. Este es el caso del autlense, Carlos Humberto Santana Barragán, mejor conocido por su nombre artístico Santana.
Siendo nombrado en el 2003 por la revista Rolling Stone como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, vino a Guadalajara a festejar sus cinco décadas de trayectoria musical con el tour Global Consciousness en el Auditorio Telmex, dando un concierto que hizo tributo a todos esos años, repasando toda su discografía hasta la actualidad.
La noche comenzó con videos de cuando tocó en el mítico festival Woodstock de 1969, interpretando «Soul Sacrifice», canción que aumentó exponencialmente su popularidad internacional en aquellas épocas y llevándolo a lo que es hoy.
De ahí continuó tocando éxito tras éxito y de los puntos álgidos de la noche fueron cuando tocó «Oye como va», «Samba pa ti», «Black Magic Woman», «Maria Maria», «Do You Remember me» y tocando su famoso cover de John Coltrane, «A Love Supreme».
Aquí fue el momento justo cuando se detuvo a saludar a público del auditorio que estaba al 90% de su capacidad. Muy contento por el recibimiento que la asistencia tapatía le ofrecía y claro, hablando en español, lengua que se nota no ha olvidado.
Como parte de la temática de su gira es el dar un mensaje de unidad, paz y amor para combatir la ignorancia que se encuentra en este mundo, siendo la música el motor de cambio. “Porque ya es hora que juntos podamos transformar este mundo para que haya amor, paciencia y serenidad», expresaba Santana al público, invitándolos a que se hicieran seres de luz y ayudar a hacer del planeta un lugar mejor. Todos en el Telmex aplaudieron y vitorearon su gran mensaje.
Un servidor tuvo la oportunidad de presenciar su anterior concierto en el 2013 y en esa ocasión todo mundo bailó durante la noche. Esta nueva noche no fue la excepción.
Con todo y que el espacio era muy reducido (ya que estorbaban las butacas), no fue impedimento para que se pusieran de pie o los que podían se pusieran a mover el bote al ritmo de los incendiarios y sabrosos solos del autlense acompañado por sus ocho músicos (entre ellos su esposa Cindy Blackman que es la baterista) que daban el sabor latino tan característico de la agrupación. Pura buena vibra se respiraba en el Auditorio.
La acústica estaba al punto, se podía sentir por tus nervios la electrizante guitarra de Santana demostrándote por qué esta donde está. Sin olvidarse de sus compañeros, el artista presentó a cada uno, dando oportunidad de que lucieran sus mejores habilidades musicales, revelando que no son solo una banda, sino un grupo de amigos pasándosela muy bien y disfrutando del estar juntos sobre el escenario.
Como todo, nada es perfecto en la vida. El único detalle no tan agradable a tan genial presentación fue que ésta se sintió muy apresurada, canción tras canción hacía parecer que era como una carrera contra el reloj. Este efecto se aprecia comúnmente en este recinto.
La presentación duro una hora con 45 minutos de puro rock y rumbeo aproximadamente del que, a pesar del detalle descrito en el párrafo anterior, todo mundo salió con una gran sonrisa en el rostro. 71 años tiene Santana pero por lo visto esa noche, no parece que él vaya a dejar los escenarios pronto, como si el escenario es su retrato de Dorian Gray y nos alegra mucho que así sea. La música y el arte es lo que hace a la humanidad inmortal.