*El cantautor colombiano Carlos Vives cimbró hasta los cimientos del Auditorio Telmex con su gira El rock de mi pueblo vive
La noche del martes 3 de agosto, el Auditorio Telmex se llenó de energía y pasión con el candor caribeño de Carlos Vives, en un emotivo concierto que dejó huella en los corazones tapatíos. Desde las primeras notas, el carisma de Vives y su inconfundible estilo marcaron el tono de la velada ante un abarrotado auditorio con cerca de 8,000 asistentes.
Con un emotivo video y un discreto pero impresionante despliegue de luces, la noche comenzó con «La bicicleta», tema que ganó relevancia mundial hace algunos años en la que colaborara con su paisana Shakira, seguida por un desfile de temas que han consolidado a Vives dentro de los grandes de la música latina como «Fruta fresca», «Pa’ Mayté» y «Volví a nacer», «El mar de sus ojos» y «Nota de amor», mostrando su capacidad para combinar ritmos candentes con baladas sentimentales. Vives también se dio el tiempo de interactuar interactuó de manera cercana con el público, creando momentos memorables que reforzaron su conexión con la audiencia en un espectáculo que se destacó por su producción de alta calidad, creando una experiencia inmersiva, llena de energía positiva que se reflejaba en el entusiasmo del público.
El ganador de dos Grammy y quince Grammy Latino, se tomó el tiempo para recordar sus raíces multiculturales, compartir anécdotas de sus temas emblemáticos así como recordar con nostalgia sus previas andanzas en Guadalajara, entre las que destacó aquellas en las que compartió escena con los Fernández.
Tras casi dos horas, el encuentro llegó a su fin con “La Chancleta”, “Robarte un beso” y “Cuando nos volvamos a encontrar” en medio de una algarabía generalizada y un derroche de luces y sonidos digno de una vibrante celebración a los treinta años de talento de Carlos Vives, dejando un recuerdo indeleble en una tormentosa y fría noche tapatía.
Texto: Karen de Alba Fotos: Luis Gómez Sandi «Lags»