*Entre pantallas y sonidos hipnóticos, el show de Massive Attack fue un manifiesto visual y sonoro sobre el exceso de información y su impacto en el mundo, un eco de conciencia donde la crítica social y política se entrelazó con su majestuoso sonido
La noches del pasado miércoles 02 de abril, Massive Attack regresó a Guadalajara tras quince años de su última visita. Con un show que fusionó música y un poderoso mensaje visual desde el Auditorio Telmex, la banda británica, pionera del trip-hop, ofreció un espectáculo impactante, volviéndose una experiencia sensorial intensa convirtiéndose en una poderosa declaración sobre la saturación informativa y la realidad global.
Un show que a su anuncio estuvo pactado en el actual Teatro Estudio Cavaret, fue cambiado tras la demanda que había de boletos, luego de un aplastante sold out en cuestión de horas, además de que el despliegue técnico y la propuesta de los británicos requería un escenario de mayores dimensiones. Este cambio de recinto generó un ápice de desconcierto entre los asistentes y el staff del venue encargado del acceso para el acomodo de los fans, que en un inicio sus boletos eran para acceso general y no con asientos asignados; sin embargo, esto no detuvo que el concierto iniciara de forma puntual a las 21:00 horas.
Tras las ansias de quienes estaban en el lugar esperando vivir esta experiencia, las luces se apagaron y comenzó el show con Present Shock, un intro que inundó las pantallas con un torrente de noticias sobre política, farándula y conflictos globales; desde Trump hasta la guerra en Palestina, pasando por Ángela Aguilar, la presidenta de México Claudia Sheinbaum o Daniel Bisoño. Los datos de actualidad comenzaron a correr en forma de cintillas con fechas y titulares de noticias, aumentando cada vez en cantidad, acompañada de una voz en off que leía varios de ellos, aludiendo al bombardeo constante de información al que estamos expuestos hoy en día. Este espacio fue el preámbulo para lo que sería una crítica constante la economía global, la manipulación y las guerras que mantienen a la humanidad en una atmósfera de caos mediático controlado que la banda quería expresar en su mensaje.
Tras este preludio, Massive Attack tomó el escenario y la música se fusionó con un despliegue visual impactante. Imágenes retro del estilo de vida americano, paisajes urbanos, líderes mundiales como Putin o Netanyahu; datos crudos sobre muertes, desplazados y gasto militar se proyectaban, creando un diálogo entre lo sonoro y lo visual. La agrupación, sin artificios mantuvo una interacción mínima con el público, fiel a su estilo, centrando la atención en la interpretación impecable de cada pieza y la potencia del bombardeo visual
«Voodoo in my blood» y «Risingson» fueron las primeras en aparecer; temas que arrancaron ovaciones. Aunque algunos extrañaron la ausencia de Horace Andy, los británicos dieron una sorpresa, anunciando a Elizabeth Fraser como «regalo sonoro» para Guadalajara. La icónica voz de Cocteau Twins y amada por los fans de la agrupación, quien intervino en «Black milk», «Song to the siren» — original de This Mortal Coil, agrupación de la que Fraser también fue parte, o la tan aclamada «Teardrop»; entre otras. También contamos con Deborah Miller, en sustitución de Shara Nelson, quien aportó su potencia vocal en «Safe from Harm» y «Unfinished sympathy».
El setlist abarcó también clásicos como «Mezzanine», «Inertia creeps», «Angel», «Karmacoma», además del cover «Rockwrok» — original de Ultravox y una versión tributo al tema «Levels» de Avicii, titulado «Avicii Segue», en el que pudimos apreciar en los visuales a una mujer con alada volando por el cielo, como muestra de la libertad; canción que conecto directamente con «Group four», siendo la encargada de cerrar la velada, donde estos últimos dos temas también contaron la participación de Liz
Cada momento se acompañó de proyecciones que invitaban a la reflexión: frases sobre teorías de conspiración, el cambio climático y como este podría tratarse también de una teoría conspirativa; de como la suma de todas las teorias conspirativas pudieran ser sólo otro medio de manipulación creando incertidumbre entre la población; todo como referencias de como la información es un arma de doble filo. Invitando a cuestionar el entorno actual, con sus mecanismos de control, llevando así al espectador a sumergirse en una narrativa que exigía atención total con su despliegue de imágenes que alternaban entre lo distópico y lo cotidiano
Este concierto dejó a todos al borde, en éxtasis, no sólo por la calidad sonora y visual, sino por la emoción de presenciar el regreso de una banda que ha dejado una huella imborrable en la historia de la música.
Texto y Fotos: Roy Arce