*«No siempre se necesita de una multitud para generar caos», fue la enseñanza magistral de Octapouple durante su paso por Guadalajara
La noche de jueves 21 de marzo quedará registrada en el Centro Cultural Cuerda como el día que el caos aleatorio musical reinó y con creces. La productora tapatía Catharsis no defrauda en su curaduría de talento nacional, local e internacional. Demostrando su amor por la música independiente experimental underground, su creador Javier Zapeda lo deja ver en cada concierto que organiza, como en el de esta ocasión a cargo de Octapouple (Corea del Sur), Nanorisk Akatsuki (Francia), Grave / Mal (Guadalajara) y Azote y Rigor (Guadalajara).
Este evento tuvo como invitado principal al hombre orquesta francés-coreano Octapouple, un proyecto de hardcore punk en esencia pero con un sentido de humor fuera de lo común y tomando bastantes referencias de la cultura pop, de videojuegos, política y anatomía masculina genital, como en el tema ”Don’t cut your Zouzou” donde demostró su repudio a la circuncisión de una manera muy chusca.
Siendo él solo, su performance conceptual se basó en una sátira a una organización estadounidense, liderada por Steve que controlar el mundo con nanochips aplicados en la vacuna del COVID para controlar al mundo y a Octapuople. Sin embargo, un grupo rebelde formado por miembros de bandas nacionales como Descartes a Kant, Lo Viejos y entre otras, con la ayuda de Octapuople, se dedican a luchar contra Steve.
Utilizando un video como el “miembro extra de la banda”, que además de tener el resto de los instrumentos, que él previamente grabó y apoyado de otros amigos de él en las vocales, Octapouple interactuaba con el diálogo del video como si fuera una obra de teatro, controlando el avance de este, con un golpe a la batería de una manera muy sutil.
Esta performance también involucró al público hablando en español y con modismos mexicanos, con el multiinstrumentista,declarando que él no sabía que estaba haciendo, que todo eran los nanochips, pero logrando vencer a Steve y salvar al mundo del su control. Toda una genialidad y un único concepto muy divertido.
Nanorisk Akatsuki otro hombre orquesta pero orientado más al Chiptune hardcore punk, como baterista, vestido de Mario Bros, mostró su amor por los videojuegos en cada una de sus canciones y visuales con estridentes sonidos sacados de la era del Nintendo y Super Nintendo que, apoyados con la brutal intensidad de la batería, ofreció al público tapatio algo único y que por estos rumbos no suena mucho.
Muy carismático, con su poco español, interactuaba con el público y mostraba lo agradecido que estaba de estar aquí. Con su peculiar estilo logró que bailaran los asistentes. En las últimas canciones pidió que se apagaran las luces del recinto para ponerse guantes con proyectores de luces verdes y una diadema de luces rojas, creando un espectáculo de luces muy bonito al ritmo furioso que le pegaba a la batería. Creando un ambiente único. Por su parte el talento local fue representado por los actos Azote y Rigor y Grave / Mal.
Azote y Rigo es un dúo de dos jóvenes compuestos por guitarra, batería y sintetizador. Demostrando su trasfondo artístico, tomaron la corriente noise punk con letras contundentes y sonido estridente, lleno de pasión. Ya muy pocos proyectos de este estilo quedan y de ellos se nota un futuro prominente. El otro dúo de garage punk feminino Grave / Mal conformado de batería y guitarra, ya con siete años de trayectoria. Con la voz realizada por el baterista, compartía mensajes de resistencia a través del cotorreo y de estar unidos, así como quemar todo lo que haga daño. Contando con canciones que duran más de lo común que el garage punk.
Esta fue una de esas noches en la que los asistentes acuden por cobre y salien con oro. Una experiencia única materializada por Catharsis, arte que necesita la ciudad de Guadalajara.
Aquí la galería completa:
Texto: Alejandro Monroy Fotos: Isaac Anaya